Señores, ¡hasta la pizza ha sido profanada!
Vamos a mirarnos en un espejo y a repetir todos juntos: “Aguacate, aguacate, aguacate”. Si lo has hecho bien, verás que los aguacates se han reproducido en tu nevera, en tu feed de Instagram y en las conversaciones culinarias de la hora de la comida en la oficina. “- ¡Qué rica esa ensalada! ¿Qué le has puesto?”, “- Aguacate, quinoa, tomate.”, “¿Todavía te haces las tostadas con mantequilla? ¿Has probado a untar aguacate en una tostada integral de semillas?”. Ahora todo está hecho o lleva aguacate… ¡hasta la pizza!
Cuando comíamos nachos con guacamole, sí guacamole, lo más novatos aún no sabían de dónde salía esa “salsa” verde que estaba riquísima, y hoy en día los tenemos hasta en el café. Porque, si la última moda estaba siendo ver cafés en la cáscara del aguacate, tal y como contamos la semana pasada, la siguiente ya es la sublimación del movimiento más hipster-ecológico.
Hasta tal punto hemos llegado que algunos ya se ven con fuerza y capaces de profanar el clásico de los clásicos de la gastronomía italiana (y prácticamente mundial): la pizza. La pizza la podemos comer en cualquier punta del mundo, incluso si existieran los extraterrestres (que está por ver) sería lo primero que nos copiarían. Pero el siguiente paso de este movimiento está yendo demasiado lejos.
Resulta que en Nueva York, en el Kola House, se están empezando a poner de moda las pizzas de aguacate . Sí, masa de pizza y aguacate, sin tomate, sin mozzarella pero con un montón de variantes muy verdes. La cuestión no es si el plato está rico o no, porque si los aguacates están en su punto seguro que está buena, es más bien el derribo al mito de la pizza napolitana que desde que se la hicieron a la reina Margarita ha permanecido en la cúspide culinaria.
Bromas a un lado, podemos probarla, pero será de todo menos una pizza, más bien una tosta de aguacate con forma redonda. Aun así, no es lo que más nos preocupa. A este ritmo de consumo de aguacates sólo vamos a poder hacernos con tan preciado fruto en el mercado negro y a través de contrabandistas de dudosa reputación.