Protegida al norte por la Sierra de Cantabria y al sur por el Sistema Ibérico, La Rioja se descubre como un territorio con personalidad propia en el que sus más de 400 bodegas pertenecientes a la DOCa Rioja divulgan la historia y la cultura vitivinícola de esta región que da a luz a uno de los grandes vinos del mundo. La viña encuentra su acomodo climático en la variedad de los suelos de esta tierra única que abarca una gran heterogeneidad de elementos naturales, culturales e históricos. Su paisaje, cubierto por un mar de viñedos, se transforma a través de las estaciones y sirve de hilo conductor para conocer su producto estrella. Un rasgo que le imprime un carácter diferenciador y atractivo para quienes buscan un lugar para el reposo y el placer de los sentidos; para disfrutar y conocer esta región de los mil vinos que se redescubre en cada visita.
Una experiencia que nos permite adentrarnos en calados centenarios y en barrios de bodegas exclusivos en el mundo, bodegas château, bodegas-museo, bodegas rendidas a la arquitectura o pequeños proyectos familiares con calados en los que el vino se almacenaba en pellejos y se contaba en fanegas; un momento agradable en el que podremos conocer las diferencias entre tempranillo, garnacha, maturana o viura de la mano de los viticultores de la zona, aprender los secretos de las barricas, vendimiar en familia o educar la nariz y el gusto con expertos en la materia. Desde la más pura tradición, la región expresa así su herencia y se proyecta al futuro manteniendo su personalidad.
Pero, además, a través de su pequeña gran diversidad esta región de generosa materia prima también nos ofrece la posibilidad de disfrutar de deliciosas preparaciones culinarias. La alianza de su abundante recetario, herencia de generaciones de madres y guisanderas, con la confluencia de reconocidos cocineros, así como la irrupción de elaboradores que apuestan por ensalzar las raíces y la identidad del producto de cercanía, convierten a La Rioja en un territorio con una cocina de gran calidad en la que conviven a la perfección los platos de siempre con la gastronomía de vanguardia. Esto da lugar a una gastronomía donde hay tradición y hay innovación, con una voluntad de crear desde las raíces ensalzando el producto de proximidad y con una cocina cargada de sabores que varía al ritmo del calendario.
Sus reconocidos bares de tapas, así como sus restaurantes referentes por su cocina tradicional permite que se reivindique como territorio gastronómico propio y como la región de España con más estrella Michelin por habitante. En esta tierra de frontera abierta a la influencia sin traicionar su esencia encontramos la cocina de Francis Paniego, alma mater junto a su hermano José Félix del dos estrellas Michelin El Portal de Echaurren y heredero del testigo de su madre Marisa Sánchez en Echaurren Tradición; a Iñaki Murúa y Carolina Sánchez, artífices del estrella Michelin Ikaro en Logroño; a los hermanos Echapresto con su estrella para Venta Moncalvillo en Daroca de Rioja y a Félix Jiménez distinguido con otra estrella por su delicada comida japonesa en Kiro Sushi. Además, La Cocina de Ramón y La Vieja Bodega cuentan con la distinción de los Bib Gourmand y comparten soles Repsol con Casa Masip, La Galería, Íkaro y Echaurren Tradición, lista en la que este año 2021 también se ha incorporado el local de Juan Carlos Ferrando; con dos soles se encuentran Alameda y Venta Moncalvillo, desde hace unas semanas también Kiro Sushi, y el Portal del Echaurren con tres soles. Un total de once restaurantes reconocidos por la veterana Guía Repsol.
Una cocina moldeada por el producto y las estaciones
En La Rioja los productos de proximidad, las formas de cocción de la tierra y la innovación gastronómica se unen con la más pura tradición de elaboraciones en las que predominan las carnes, las legumbres, las verduras, los aceites y los productos típicos como el conocido chorizo riojano, seña de identidad de algunos de los platos más populares de su gastronomía como las famosas patatas a la riojana.
Una región que destaca por su despensa abastecida de las huertas regionales, con cultivos de tradición con productos como los champiñones o en los que la variedad de verduras y hortalizas como las alcachofas, el cardo, la coliflor o la borraja hacen las delicias de los paladares más exquisitos cada temporada. Tierra de sierras y de pastores, La Rioja también presume de buenas carnes gracias al ganado ovino, bovino y caprino de las zonas de montaña lo que permite disfrutar de algunas de sus preparaciones más populares como las chuletillas asadas con los sarmientos secos de las vides, el cordero en caldereta, los embuchados, los asados a la panadera o el famoso cabrito asado de los pastos de la Demanda y Cebollera. El pimiento najerano, las alegrías riojanas o las variedades de legumbres típicas de la zona, como las pochas blancas o los caparrones de Anguiano, son la base de los platos de cuchara bien “allegados” con pan sobado de La Rioja. Sabrosa cocina que marida a la perfección con los vinos de la tierra.
Con procesos de elaboración caseros, realizados sin prisa y con mucho mimo, se crean los quesos artesanos de la zona de Cameros. Gracias al esfuerzo de generaciones de agricultores también son reconocidas por su buena calidad las frutas regionales como las ciruelas de Nalda, las peras de Rincón de Soto, las cerezas de Albelda o las nueces de Pedroso; sin olvidarnos de su deliciosa golmajería, con algunos dulces típicos de origen árabe como los fardelejos de la localidad de Arnedo, los famosos mazapanes de Soto, los pasteles rusos de Alfaro o los rollos y manguitos de Cervera de Río Alhama. Productos y elaboraciones de una gastronomía que, aunque acoge influencias de sus territorios limítrofes y explora otras culturas, se resiste a renunciar a su identidad; a esas características propias de creaciones elaboradas desde la raíz, de la huerta a la mesa, y que la revelan como una cocina de referencia.
Desde el viñedo a la copa, del campo hasta el plato, La Rioja es una tierra que debe disfrutarse con calma, que invita a tomarse un respiro para disfrutar de esta tierra que hay que vivir, catar y paladear sorbo a sorbo. Una oportunidad única para encontrarse y reconectar en un refugio excepcional donde disfrutar de los mejores vinos y de una deliciosa gastronomía que nos transporta a sinceros sabores marcados por la tradición de una de las más prestigiosas regiones vitivinícolas del mundo.
La Rioja, una región que es diversidad y calidad
Verduras de la huerta riojana.
La Rioja, una región que es diversidad y calidad
Pincho de champiñones.
La Rioja, una región que es diversidad y calidad
Peras de Rincón de Soto.
La Rioja, una región que es diversidad y calidad
Fardelejos.
La Rioja, una región que es diversidad y calidad
Pastel ruso de Alfaro.