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Si hubo alguna tendencia dentro del mundo de la pastelería que proliferó en 2023, esa fue la del cruasán. Iteraciones pasteleras que brotaron en la red y se colocaron en el expositor global en distintos colores, rellenos y formas que hicieron dinamitar una especie de boom en 2024.
Hace relativamente poco, los smash o ‘flat croissants‘ se erigieron como la nueva moda que tuvo sus orígenes en Corea, y llegó a popularizarse en la pastelería francesa Alexander’s Pastisserie en base a esa inspiración nipona. Croissants bidimensionales que empezaron a hornearse el año pasado, pero que llegaron a viralizarse este año proyectando un archivo infinito de hacks por parte de creadores de contenido y pasteleros que aplanan el dulce y lo elaboran a través de diferentes técnicas creativas.
Del cronut al crookie
Los inicios de esta macrotendencia los marcaría el cronut: la creación de culto de Dominique Ansel que combinaba la masa en forma de medialuna con un donut de toda la vida. Una forma creativa de repensar la masa laminada que consistió en freír una rosquilla de masa mantecosa parecida a un cruasán, rellenarla con nata o mermelada y cubrirla con glaseado.
Esa fusión que acabaría haciéndose mega-viral trascendió lo efímero de la red para instalarse en las pastelerías de todo el mundo, y en todos los feeds de Instagram por su atractivo diseño e intenso sabor.
Siguiendo la misma estela que el cronut, se sucedieron otras versiones con capas y textura hojaldrada con bloques de mantequilla que se introdujeron en el ciclo de tendencias. Una premisa que llevaría a que todos los pasteleros del mundo y creadores de contenido experimentasen con ellos mediante procesos de I+D.
De la versatilidad que despliega el cruasán llegó el ‘croissant roll’: un formato circular con láminas redondas, relleno y glaseado, con sabores a pistacho, chocolate u otros adornados con toppings.
En la última temporada y de manera simultánea a los ‘flat croissants’, los pasteleros capitalizaron la tendencia en forma de ‘crookie’, es decir, de croissant + cookie. Una elaboración viral que causó sensación en primera instancia en París para después extenderse por todo el mundo, y tener un gran impacto a nivel nacional gracias a Maison Kayser.
Sin embargo y a pesar de otras iteraciones que se hayan podido hacer del dulce, los puretas del croissant clásico reniegan de todas estas versiones innovadoras o extravagantes que de alguna manera ‘desvirtúan’ su concepción original. Una que realmente tomaría inspiración de un pastel diferente: el kipferl austriaco, una masa de trigo con levadura en forma de media luna.