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Visitar un ‘konbini’ se convierte en la era actual en un imprescindible del turismo japonés y surcoreano, sobre todo, para las nuevas generaciones de TikTok fascinadas con este tipo de mini supermercados, la mayoría automatizados, que abren sus puertas las 24 h del día.
Tanto los turistas que lo visitan como los locales documentan todas sus experiencias en los konbinis proyectando a su vez una macrotendencia que lleva expandiéndose desde hace un tiempo atrás; enmarcada en hastags virales como #conveniencestore con billones de visualizaciones.
Las tiendas de conveniencia de Seúl se presentan así como enclaves gastronómicos experienciales inspirados en sus homólogos y originales japoneses. En ellas, se genera toda una cultura efervescente y vibrante, como paraísos en los que se reúne la gente, y en los que encontrar deliciosos tentempiés, ramen, cervezas locales, helados o productos de inspiración anime o ‘kawaii’.
Existen unas 40.000 tiendas de conveniencia instaladas en todo el país, entre las que figuran franquicias destacadas como G25, Emart24 o Ministop; aunque también convivan otras más pequeñas establecidas como supermercados de barrio pero en versiones futuristas.
Estos establecimientos de moda que están abiertos las 24h del día suelen contar con un sistema automatizado, por lo que el cliente simplemente escoge los productos y los paga en una máquina de autopago.
La innovación implementada en estos supermercados continúa reflejando la visión vanguardista de la cultura asiática con espacios y electrodomésticos para cocinar, en los que poder calentar la comida o cocinarla en el mismo local; y posteriormente degustarla en sus mesas exteriores o interiores en las que se congregan todo tipo de generaciones. Sobre todo, la Z y millennial.
Los orígenes y el boom del K-Food
Esta tipología de supermercado nació en Estados Unidos, con marcas como 7-Eleven o Lawson, durante la primera mitad del siglo XX, aunque su afluencia catalizó en el 1969 en el mercado japonés con el primer konbini del que proliferaron infinidad de versiones de sus originales estadounidenses que acabaron siendo mucho más populares en Japón.
Ahora, para los turistas en general, la visita al konbini se convierte en un ritual en el que encontrar infinidad de productos tradicionales asiáticos como ramen, noodles, kimbaps o los icónicos onigiris de forma triangular rellenos de arroz. Y complementarlo con alguno de sus deliciosos dulces coreanos o japoneses envueltos en packagings de colores con dibujos de Pokémon, Hello Kitty o de videojuegos como Super Mario.
Esta macrotendencia que los usuarios han encumbrado en TikTok compartiendo sus experiencias en las tiendas, se sincroniza asimismo con el actual boom por la gastronomía K-Food o surcoreana que ha eclipsado el epicentro del espíritu cultural.