La marca de cervezas Moritz presenta Moritz Beer Lab, su nuevo y gran proyecto

La marca de cervezas española celebra su 160º aniversario con un proyecto refrescante e innovador.

Jugar a ser Dios, en términos cerveceros, claro, y triunfar, es algo de lo que muy pocos maestros  puedan presumir. Excepto los de la Fábrica Moritz de Barcelona. Allí hace más de un mes que la firma ha puesto en marcha una iniciativa para fomentar la experimentación en el mundo de la cerveza y dar a conocer las creaciones de este nuevo laboratorio. ¿La primera especialidad? La Moritz Red Ipa. Una cerveza Ale (de alta fermentación) elaborada con agua mineral Font d’Or, tres variedades de lúpulos aromáticos –Nugget, Hallertauer y Saaz– y maltas pálidas, torrefactadas y caramelizadas. Una cerveza en estado puro, sin pasteurizar. A simple vista parece intensa y amarga debido a su color rojizo. Sin embargo, en boca tiene un toque afrutado con notas de caramelo, regaliz, café y frutos secos que hacen que en el momento de probarla quieras llevarte un buen surtido a casa. Y puedes. Aunque por un periodo limitado, ya que con este nuevo proyecto la marca irá presentando distintas modalidades a lo largo del año –destacamos la cerveza sin filtrar o la de maíz– que solo podrán degustarse en su cervecería o comprarse de forma exclusiva y cuando estén disponibles en la M-Store, la tienda situada dentro del recinto. Y es que, además del microlaboratorio, la Fábrica Moritz cuenta con un restaurante, Louis 1856, que rinde homenaje tanto al fundador de Moritz como al año en que creó la fábrica. En él, el chef catalán Jordi Vilà, fichado por Moritz en 2009 para gestionar Bar Velódromo, ofrece recetas ligeras con tintes alsacianos en un espacio diseñado por el arquitecto Jean Nouvel que mantiene la estética de la bodega en la que un día reposaron las cervezas.