En lo que va de 2025, Madrid ha vivido una oleada de cierres de restaurantes, y uno de los más recientes es La Mamona Castellana, un local que apenas abrió sus puertas hace 4 años. Este restaurante, conocido por su gran terraza y su popularidad entre la ‘jet set’ madrileña, se convierte en la última baja de la cadena. A pesar de que su cierre no se debe a una falta de clientela, los propietarios han decidido cerrarlo debido a una reestructuración interna del Grupo Lalala, ahora renombrado como Grupo La Bientirada.
El cambio de nombre de la compañía, liderada por Miguel Nicolás y Luis Torremocha, marca un giro hacia sus raíces, con un enfoque renovado en las cervecerías La Bientirada, un concepto que ya ha tenido éxito en la capital. Según Sara Domínguez, directora de Marketing y Comunicación, la decisión de abandonar ciertos locales, como los de Castellana, Juan Bravo y Pozuelo, se debe a que estos espacios no se ajustaban al nuevo modelo de expansión del grupo.
De los restaurantes que operaban bajo el nombre de La Mamona, solo queda en funcionamiento el de Chamberí, aunque este también sufrirá transformaciones a partir del verano. En su lugar, la cadena se centrará en consolidar su marca La Bientirada en varias ubicaciones clave de Madrid, con nuevos locales como el de la calle Raimundo Fernández Villaverde, y otros ya establecidos en áreas como Quevedo, Mirasierra y el aeropuerto.
La transición de La Mamona a La Bientirada busca fortalecer una identidad única, después de años bajo el nombre de Lalala, y está proyectada para dar más visibilidad a sus cervecerías y a sus espacios informales, populares entre los madrileños. Este cambio de rumbo marca el comienzo de una nueva etapa para el grupo, que promete sorpresas tras el verano, tanto en sus locales como en su estrategia a largo plazo.