Leer exhaustivamente la lista de ingredientes de los productos se ha convertido en un hábito cada vez más necesario. Muchos productos etiquetados como integrales, en realidad, no están elaborados con harina integral, sino que sus ingredientes principales son harinas refinadas a las que añaden un pequeño porcentaje de salvado, que es una parte del cereal. La legislación vigente no especifica ninguna cantidad mínima de harina integral, por lo que denominar a un producto “integral” por añadirle una pequeña cantidad de salvado está dentro de lo legal en España.
Estas lagunas legales son las que han llevado a la creación de una nueva norma que proporcione la información verídica y adecuada para el consumidor. Esta ley, que cambiará en los próximos meses, obligará a especificar las características del producto, como denominarlo 100% integral solo cuando ha sido elaborado con harina exclusivamente integral. Además, en aquellos panes en los que se ha utilizado harina integral pero no como ingrediente principal, deberá mencionarse el porcentaje que contiene de la misma.
Esta nueva normativa, que acabará con el fraude de los panes integrales, supondrá un cambio en el consumo de los españoles. Mientras tanto, tendremos que leer la etiqueta del producto antes de comprarlo.