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Bautizada por los medios como la ‘sweet-toothed thief’, esta mujer de unos 30 años fue la protagonista de un nuevo suceso culinario con eco global. Un delito real basado en lo que podría ser una historia ficticia: el robo de una furgoneta que contenía 10.000 donuts de Krispy Kreme.
El extraño incidente fue denunciado por la empresa después de que la furgoneta desapareciese mientras realizaba su ruta de reparto en Newcastle, Nueva Gales del Sur (Australia).
La furgoneta de reparto fue robada exactamente en una estación de servicio de Carlingford sobre las 3.30 de la madrugada del miércoles 29 de noviembre. Al parecer, el conductor de la furgoneta estaba dentro de la gasolinera cuando la ladrona decidió llevarse el delicioso bote.
Se cree que la furgoneta estaba llena de una mezcla de sabores clásicos con glaseados de Krispy Kreme, junto con un montón de especiales de Navidad.
Ante tal paradigma, la policía continúa buscando a la ladrona, mientras hace un llamamiento al público para obtener cualquier información sobre el robo: ‘Si tienes alguna pista o alguna grabación de las cámaras de seguridad, ¡no te la guardes! Contacta con Crime Stoppers en el 1800 333 000’.