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El drama comenzó este sábado pasado cerca de la localidad de Reims, la región del champán, en la que se denunció este robo líquido a una empresa local.
Dos camiones cargados de una gran colección de Moët & Chandon valorada en unos 600.000 euros -en total- fueron robados de sus instalaciones al caer la noche. Como si se tratase de una gran ficción de detectives, los ladrones recorrieron las carreteras de la autopista A4 entre Reims y París perseguidos a gran velocidad por el cuerpo policial.
La policía pudo llevar a cabo la persecución gracias a los dispositivos de rastreo del botín embotellado, permitiéndoles rastrear cada uno de sus movimientos, hasta el momento en el que uno de los conductores dio un volantazo e intentó chocar contra un coche de policía. Una estrategia fallida que acabó permitiéndole a la policía chocar contra el camión y obligarle a apartarse de la carretera.
El conductor del camión saltó entonces del semirremolque en marcha y se dio a la fuga en un BMW que formaba parte del convoy. Mientras tanto, el segundo semirremolque se desvió hacia la derecha cuando intentaban cortarle el paso, atravesó las barandillas de plástico y salió de la autopista, dejando a los policías atrapados entre los escombros.
Sin embargo, unos minutos más tarde, los agentes encontrarían sorprendentemente el camión en una carretera secundaria con todas las botellas intactas de Moët & Chandon; abriendo paso a una investigación que aún sigue en curso.