En Japón inundan los escaparates de restaurantes ‘izakayas’, ‘coffee shops’ o puestos de helado. Se trata del ‘Sampuru‘, la fake food japonesa, convertida en un tradición. Su sorprendente hiperrealismo es fruto de una artesanía centenaria que mueve miles de millones de yenes al año. Despierta el apetito, son un goce visual y a los turistas nos lo pone más fácil a la hora de pedir comida en un local asiático.
He aquí la historia de estos inquietantes y atractivos platos de mentira.
EL ORIGEN
El ‘sampuru’ surgió para mostrar a los comensales autóctonos los platos que se servían en los restaurantes. Eran los tiempos en que llegaban a Japón alimentos desconocidos, como el tomate o la cebolla. A falta de menús escritos, estas réplicas híper realistas eran una forma útil de solventar el problema: el camarero no tenía que dar explicaciones, bastaba con señalarle uno de los platos del escaparate. Paradójicamente, hoy se ha convertido en algo más útil para el turista.
LA IDEA
En 1932, Iwasaki creó su compañía, Iwasaki Be-I, dedicada a crear réplicas de platos de comida. hoy acapara el 40% del mercado. La cuna del ‘sampuru’ está de hecho en Gujo Hachiman, donde nació. Conocida como la ‘pequeña Kioto’ por sus casas tradicionales del periodo Edo y sus hermosos canales, pero sin su masificación turística, se estima que alrededor del 80% de estos platos ‘fake’ son manufacturados allí.
EL CREADOR
El ‘sampuru’ surgió durante la breve y convulsa Era Taisho japonesa, en los años 20 del pasado siglo. Su creador fue Takizo Iwasaki, que tuvo la idea cuando vio la forma que adoptaba la cera de una vela derritiéndose sobre el tatami de su apartamento. Tras varios ensayos, creó una tortilla y se la enseñó a su mujer, que fue incapaz de distinguir el original de la copia. había nacido el ‘shokuhin sampuru’.
ICONO POP
Aunque surge en la era Taisho y se extiende durante la era Showa –los años 20 del siglo pasado–, es en los 50 cuando el ‘business’ se extiende a Tokio. A lo largo de esta era se convierte en un icono pop al nivel de otros fenómenos como el manga, Godzilla o el reloj Casiotrón.
APRENDICES
Algunos talleres ofrecen cursos de ‘sampuru’ para que los no iniciados aprendan a hacer sus propias réplicas. Los primeros pasos consisten en crear tempuras y hojas de lechuga falsas.
EL NEGOCIO
Pese a la opacidad de las cifras, se estima que el sector de las réplicas de comida mueve más de 8.000 millones de yenes al año. Una bandeja se ‘sushi’ falso cuesta alrededor de 500 euros.
EL SOUVENIR
El área principal donde abastecerse de estas réplicas, junto a vajillas y menaje de cocina japo, es Kappabashi, en el distrito tokiota de Asakusa. Para los turistas, las piezas de ‘sampuru’ se han convertido en un souvenir más, pese a su precio prohibitivo: un nigiri cuesta unos 16 €. Mucho más caro que uno real.
Como muestra del fenómeno global en que se ha convertido la ‘fake food’, el 12 de Septiembre de 2016, Google creó un ‘doodle’ inspirado en el sampuru, en el 121 aniversario del nacimiento de Takizo Iwasaki.
*Artículo publicado originariamente en TAPAS nº 50, febrero 2020.
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