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La generación Z: la más sobria en cuanto a consumo de alcohol

La generación Z ha desarrollado una relación bastante más sana y consciente con el alcohol comparado con sus padres y abuelos.

Esta generación se hace preguntas como: ¿me gusta el alcohol? ¿me sienta bien?, cuestiones que en previas generaciones se obviaban más. Al parecer, estas preguntas han hecho que los jóvenes de la generación Z hayan desarrollado una relación bastante diferente con el alcohol comparado con sus padres y abuelos. Una mucho más sana y consciente. Varios estudios han confirmado que beben mucho menos que las generaciones anteriores, lo que refleja un cambio importante en sus hábitos sociales. Este cambio tiene que ver con varios factores, como un estilo de vida más saludable, un mayor acceso a información sobre los riesgos del alcohol y cómo han cambiado las formas de socializar.

Una de las razones principales de esta tendencia es la creciente preocupación por la salud. Los jóvenes de ahora le dan mucha importancia al ejercicio, la comida saludable y cuidar su bienestar emocional. Esto ha hecho que el alcohol pierda atractivo, ya que no encaja con los objetivos de salud que muchos tienen. Además, las campañas de concienciación sobre los efectos negativos del alcohol, incluso en cantidades moderadas, han ayudado a que cada vez más gente sea consciente de los riesgos que conlleva.

Las redes sociales también juegan un papel importante en este cambio. En plataformas como Instagram y TikTok, los jóvenes prefieren mostrar un estilo de vida activo y saludable, en lugar de seguir los estereotipos de ir a bares o discotecas a beber. Esta necesidad de compartir experiencias que se vean bien visualmente hace que el alcohol quede fuera de la ecuación, y que actividades como el deporte o viajar se vuelvan más atractivas.

Este cambio no solo es cultural, sino también social y económico. Las nuevas generaciones están más conscientes de su entorno y lo que esto implica. El impacto económico también es importante, ya que muchos jóvenes enfrentan dificultades económicas que hacen que las salidas a bares y discotecas sean menos comunes. Esta realidad está transformando la manera en que socializan y viven, lo que hace que tengan un enfoque más equilibrado hacia su vida social y el alcohol.

Para la industria del alcohol, esta tendencia es un reto. Un estudio de 2018 demostró que la generación Z consume un 20% menos de alcohol que los millennials cuando tenían su edad, y muchos esperan seguir bebiendo menos que las generaciones anteriores. Aunque el mercado de bebidas alcohólicas sigue creciendo, las alternativas sin alcohol o con bajo contenido de alcohol también están ganando terreno. Con los hábitos cambiando, las marcas tendrán que adaptarse a esta nueva forma de ver el alcohol.