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La evolución del gofre: de manjar de la Antigua Grecia a icono global

La historia del gofre no empieza en Bélgica o EEUU, sino en la Antigua Grecia.

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Si seguimos el trascurso lineal de la historia podríamos decir que los gofres son uno de los postres más antiguos que existen. Dulces o salados, con diferentes formas o coberturas, se han convertido en uno de los tentempiés o desayunos más populares del mundo. Sobre todo, en los países del noroeste de Europa, en Estados Unidos y en el continente asiático. Aunque probablemente en el imaginario colectivo se vinculen directamente con Bélgica y su cultura gastronómica.

Pero, ¿de dónde proceden realmente? Los expertos afirman que los orígenes de esta delicia se remontan a la antigua Grecia. Según cuenta la leyenda, se tratan de un descendiente de las populares ‘crustulum’ o ‘crustula’, que consistían en unas galletas dulces adoradas por los antiguos griegos elaboradas con prácticamente los mismos ingredientes que los gofres actuales, con harina, manteca de cerdo y miel.

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Los orígenes de la gofrera

Se dice además que la costumbre de cocinar la masa de harina entre dos placas de metal ya era algo habitual en la antigua Grecia, aunque en Europa evolucionaría de otra manera.

Los gofres que consumimos todos hoy en día son originarios de Estados Unidos y llegaron a Europa gracias a su exportación por parte de los emigrantes americanos. Fue en 1789 cuando Thomas Jefferson llevaría desde América la primera gofrera, de América, con su característica cuadrícula que le confiere esa forma tan representativa al dulce.

Sin embargo, la idea de servirlos con chocolate, nata u otros condimentos edulcorantes lo pondría de moda otra figura. Y ese sería el belga Maurice Vermersch durante la Exposición Universal que se celebró en Bruselas en 1960. El éxito fue tal que cuatro años más tarde daría a conocer su invento que bautizaría como ‘gofre belga‘ por todo Nueva York.

En la actualidad, han proliferado múltiples variantes del gofre, que incluso se presentan en forma de cucuruchos de helados. Aunque, entre todas sus versiones, la sociedad siempre tendrá en la memoria el clásico gofre belga ‘Lieja’, que destaca entre otras reinterpretaciones como la del estilo Hon-Kong o las iteraciones norteamericanas con grandes dosis azucaradas que lo han erigido como uno de los postres más aclamados del universo.