La plataforma de Netflix suele ser uno de los principales cofres que, de vez en cuando, desvela tesoros entre sus miles de producciones. Actualmente, la serie que tiene todo el mundo en la punta de la lengua es la miniserie Adolescencia de Stephen Graham. Un fenómeno que se abstrae en una historia que representa una de las peores pesadillas de los padres, que tu hijo sea acusado de asesinato.
Esta trama impactante y que prima en la psicología humana, gira en torno al asesinato de una joven a manos de un compañero de clase de 13 años, Jamie, interpretado por un rotundo Owen Cooper. Evitando los máximos spoilers posibles, ya que son apenas cuatro episodios que merecen mucho la pena disfrutar, desde Tapas vamos a explicar una de las escenas que más controversias han causado: la escena del sándwich.
En el tercer episodio ocurre una de las escenas más impactantes de la serie. En ella, una psicóloga, interpretada por la actriz Erin Doherty, le ofrece un sándwich de pepinillos al acusado, sabiendo que este ingrediente no suele ser muy adorado por los más jóvenes. ¿Cómo un sándwich se puede volver crucial en un caso de asesinato? Porque tras el pan de molde, se esconde la verdadera psicología.
Acompañado por un chocolate caliente con nubes de gominola, Jamie acepta la deliciosa oferta, sin embargo, tras aceptar el alimento, lo deja de lado y solo prueba un pequeño bocado cuando la psicóloga lo anima a hacerlo. Este gesto ha sido interpretado por especialistas, entre ellos la psicóloga infantil Karla Paulina Sánchez Horta, quienes coinciden en su gran simbología, principalmente relacionada con una estrategia de evasión emocional.
Según Sánchez Horta, la reacción de Jamie refleja una serie de mecanismos psicológicos de defensa. El joven evita el conflicto directo con la psicóloga al simular agrado, pero al mismo tiempo aparta el sándwich, indicando una negación de sus propios sentimientos. Este comportamiento también podría estar relacionado con el miedo al rechazo, ya que al aceptar el gesto busca la aprobación de la terapeuta, aunque al final establece límites al distanciarse del objeto de su incomodidad.
A lo largo de la sesión, la psicóloga intenta generar empatía con Jamie para lograr una comunicación sincera, pero a medida que la conversación avanza, lo enfrenta con preguntas que lo desestabilizan, en especial aquellas relacionadas con su vínculo con las mujeres. En un momento crucial, Jamie menciona a una niña que, en realidad, es producto de su imaginación. La escena muestra la lucha entre la vulnerabilidad del adolescente y su resistencia a mostrarse auténtico ante la especialista.
Finalmente, el episodio culmina con una revelación impactante: Briony le informa a Jamie que esta será su última sesión juntos. Esto provoca una reacción de angustia en el joven, quien le pregunta si le agrada como persona, dejando en evidencia su necesidad de afecto y validación. La psicóloga, por su parte, se encuentra dividida entre su deber profesional y su empatía por el muchacho, en una escena que resume la complejidad emocional de la serie y su profunda exploración de la psicología adolescente.