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El Presidente de los Estados Unidos ha reactivado la alarma en el sector vinícola mundial con un nuevo arancel que podría provocar un caos financiero para los importadores de vino y elevar de manera descomunal su precio para los consumidores.
En palabras de Trump, su nueva medida con la que impulsar la producción nacional y la economía de EEUU (y la de las bodegas estadounidenses) ‘será fantástica para el negocio del vino y el champán en Estados Unidos’.
La guerra comercial entre EEUU y la UE alcanza ahora otra dimensión con los nuevos aranceles anunciados por la administración Trump, incluido un arancel universal del 10% para todos los socios comerciales de Estados Unidos, implementando tasas más altas para algunos como el 20% para la UE y el 30% para Sudáfrica.
Los importadores estadounidenses deberán pagar así los aranceles a la llegada de las mercancías, lo que provocará un aumento de los precios para los consumidores y una presión financiera sobre las empresas de toda la cadena de suministro del vino, desde los importadores hasta los minoristas que verán todos además coartada su libertad de elección.
