Sus sabores iberoamericanos prometen una experiencia gastronómica única y divertida porque una vez llegas a Oceánika, nada es lo que parece.
Carlos Pérez y Filomena Grudeski son propietarios del espacio más desestructurado, ingenioso y asequible de Madrid. En sus platos predomina la comida original y divertida con sabores caribeños, frescos y llenos de fantasía. Sus entrantes comienzan con la ‘cafetera desestructuradora’, un plato que se sirve en una cafetera italiana pero que, en realidad, contiene un caldo de pescado y marisco que al hervir sube filtrándose con verduras. Los ‘churros con chocolate’ te harán pensar en la merienda, pero, una vez los pruebes, te darás cuenta de que son fritos de harina de maíz para mojar en judías negras, su reconstrucción del pulpo a la gallega o el ‘temaki a la mexicana’ servido en cucuruchos de lechuga, son sólo algunos de los platos que te harán pensar en un sabor y descubrir otro cuando lo pruebes.
En su cocina también hay platos que no engañan a la vista como los tiraditos, los ceviches o el ‘tartar acevichado de salmón’ acompañado de nachos y guacamole. Al ser cocina iberoamericana, encontrarás sabores de diferentes zonas al otro lado del charco.
En lo referente a los sabores mexicanos, en Oceánika puedes encontrar ‘cucuruchos de cochinita pibil’ o de ‘ají de gallina’, sobre los peruanos se puede encontrar el ‘lomo saltado’ un plato típico del país que se presenta siempre servido en un mortero. Y, de postre, sweet sushi hecho con arroz con leche. Además, un punto importante a resaltar es que al ser cocina iberoaméricana en la que impera el maíz, la mayoría de sus platos son aptos para celíacos.