Los últimos años han sido difíciles para muchos de los fabricantes de cerveza artesana. Durante el pasado año, las ventas de cerveza disminuyeron considerablemente y, aunque la cerveza artesanal sigue creciendo, ese avance ha ido desacelerando significativamente. Dentro del sector artesanal, la mayor parte del éxito se lo llevan las cerveceras más pequeñas que, mientras las medianas han intentado sacarlas del mercado con tácticas como vender las cervezas a precios más bajos, han conseguido mantenerse a flote. En general, los expertos coinciden en que en la actualidad el mercado de la cerveza es el más competitivo desde hace una década, cuando la primera revolución de la cerveza artesanal se colapsó y terminó por estancar la industria.
Estados Unidos ha recortado los impuestos indirectos federales sobre la cerveza con el objetivo de que las pequeñas cerveceras, que producen menos de 2 millones de barriles al año, paguen la mitad de impuestos, de 7 dólares a 3,50 dólares por barril, con la idea de que puedan ahorrar y reinvertir en sus compañías. “Esto nos permitirá superar la enorme demanda que tenemos y crecer en otros mercados”, ha explicado David Manson, cofundador de Blackrocks Brewery de Michigan.