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La nueva campaña de la marca, firmada por la agencia La Despensa y producida por Little Spain, rinde tributo al emblemático eslogan ideado por el publicista José Luis Zamorano, que acabaría proyectándose en el imaginario colectivo en los años 80.
El claim ‘Si no hay La Casera, nos vamos’, que forma parte de la cultura pop nacional, se convierte en el hilo conductor de este anuncio actualizado ahora para las nuevas generaciones; en el que se filtra la estética distintiva y el halo cinematográfico de la productora conformada por Cris Trenas, Santos Bacana, C. Tangana, María Rubio y Rogelio González.
Un tributo publicitario
El spot se presenta como un homenaje tanto a la publicidad vintage como al recién fallecido José Luis, y las piezas audiovisuales de la época en las que se mezclaban clichés repletos de insights de la sociedad.
Tanto la gaseosa como el tinto de verano de la marca se exponen aquí como fieles acompañantes de la mesa por su sabor único, ligero y agradable con el que disfrutar durante las comidas, cenas y las sobremesas.
En esta pieza audiovisual televisiva, de la que habrá tres versiones -y una extendida de 90’ para plataformas digitales-, Little Spain hace gala del tono sarcástico de las campañas históricas de la marca y, como Zamorano, que se inspiró en el universo berlanguiano para el rodaje de sus anuncios, utilizando recursos propios del cine actual: ‘optamos por un enfoque icónico que fusiona el refinado trabajo de cámara de los mejores films de Fesser, el realismo mágico de Sorrentino y los personajes de The Office’. Todo ello enmarcado en un formato cinematográfico de 35 mm.
En sintonía con los códigos de La Casera®, la película se escenifica sobre un restaurante, por cuya sala desfilan camareros de chaquetilla blanca, portando grandes paelleras, con el mar Mediterráneo como telón de fondo. La escena sitúa al espectador a la hora del aperitivo y de la comida de una convención de empresa y aglutina una sucesión de estereotipos de los hábitos que nos hacen sentir orgullosos sobre nuestra manera de vivir, comer y beber.
A través de la figura de un becario efusivamente empoderado, que inicia el éxodo de toda la compañía hacia un bar donde sí haya la bebida, la campaña revindica el hedonismo y el disfrute de la vida a través de pequeños detalles que exigimos porque nos definen y nos representan, como que haya La Casera® en el restaurante.