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La aceituna catalana que dio paso al oleoturismo

Cataluña es tierra de vida, de sueños, de culturas. Por ello, las formas de sumergirse en ella son cada vez de mayor calidad y, casi siempre, vienen de la mano de su famosa dieta y su elemento principal: el aceite. 

Los olivos forman parte de nuestro paisaje y dotan al litoral de una peculiar magia. Este árbol fue, es y será parte de nuestro patrimonio, de nosotros, de nuestra cultura y de nuestras raíces. Por lo que, y aunque sean diferentes entre sí, existen cinco denominaciones de origen protegidas de aceite de oliva catalán, cada una con un aroma bien diferenciado. 

Para la posible distinción o elaboración de dichos productos influyen diversos factores, como el clima, el tipo de suelo o las variedades de aceitunas utilizadas. Contamos con numerosas especies autóctonas, como la ‘morruda’ del Baix Ebre o el ‘argudell’ de L’Empordà. En definitiva, alrededor del territorio catalán hay centenares de productores que no sólo elaboran este preciado oro líquido, sino que organizan actividades para saber valorarlo.

Sí, valorarlo. Porque lo mojamos en pan, baña nuestras ensaladas, es el primero en poner una gota de producto en la sartén, se encarga de alegrarnos los desayunos acompañado de tomate… y nosotros –hasta ahora- no nos habíamos fijado ‘tanto’ en él. El aceite de oliva.

Por ello, estos productores se encargan de que tú, al final de la experiencia, seas capaz de oler, degustar y diferenciar cada matiz de cada aceite que has probado. Pero la aventura no termina ahí, sino que, gracias a las agencias y productores que participan en este proyecto, podrás disfrutar de rutas en bici para conocer la parte más rural de Cataluña con Olis Ventalló, visitar el Museo Natural de los Olivos Milenarios de Arión -un lugar único con la mayor concentración de olivos milenarios del mundo-,  disfrutar de la gastronomía en su más puro y natural nivel con Oleasoul y, gracias a HolaOlive, participar en su visita estrella en les Garrigues de la mano del productor Nousegons, quienes ofrecen, además, foodsafaris y muchos más eventos que sin el ‘oleoturismo’ no podrías conocer.

¿Dónde mejor que en #Catalunya?