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Todos sabemos que José Andrés es uno de los mejores embajadores de España, especialmente a todo lo que tiene que ver con la gastronomía. Siempre que puede aprovecha para ensalzar nuestras tradiciones, productos típicos y recetas. En esta ocasión, ha utilizado su podcast Longer Tables para reivindicar nuestro país como uno de los principales productores de trufa negra.
En una charla junto a Rowan Jacobsen, periodista gastronómico estadounidense, comentaron de dónde vienen realmente las trufas negras, ya que muchas gente piensa que es un alimento que proviene de Francia. Según explicaba el propio Jacobsen, hay mucho que asocian las trufas negras con Francia, porque la gastronomía francesa la hizo como suya. Y cuando vas a los pequeños mercados de este país y adquieres este alimento, «la mayoría de esas trufas negras en realidad vienen de España», desvelaba.
«Es uno de los mayores secretos de la industria de la trufa», añade José Andrés. Y es que la región española donde más se produce este tipo de trufa es en Teruel, una zona que se estaba despoblando por el éxodo rural de los jóvenes. Los agricultores y el gobierno decidieron colaborar para crear enormes granjas de trufas en la zona, tal y como detalla el asturiano. Y la producción ha tenido tanto éxito que los franceses vienen a Teruel a comprar dichas trufas pero, «tan pronto como llegan a Francia, se les concede inmediatamente la ciudadanía», bromean durante el podcast.
El aceite de trufa, otro tema
Durante la extensa e interesante charla entre José Andrés y Rowan Jacobsen, también abordan el tema del uso aceite de trufa. De hecho, el propio José Andrés espera que no se debería «recomendar a nadie que compre aceite de trufa». La razón que dan es que básicamente este tipo de aceite no lleva trufa.
«La gente no se da cuenta de que es un aroma sintético, un producto químico hecho en un laboratorio. Es una de las cientos de moléculas que se encuentran en la trufa, así que lo ponen en un aceite neutro y lo llaman aceite de trufa. No tiene trufa. Y engaña a la gente haciéndole creer que así es como huele una trufa. Y no huele tan bien, huele empalagoso y un poco asqueroso, así que hace que la gente se aleje de las trufas», explica Jacobsen. Concluye afirmando que, si pudiera eliminar ese tipo de aceite, sin duda, lo haría.