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El clásico tió de Nadal se presenta ahora en una versión contemporánea reimaginada por Jordi Roca, de nombre ‘EmoTió’: una representación emotiva del Tió, esculpido ahora en base a su divertimento dulce, relleno de avellana con chocolate y chocolate con leche de la máxima calidad.
El chef y pastelero experimental continúa explorando con irreverencia el mundo dulce, rompiendo moldes con este tió que estará expuesto únicamente en la confitería Rocambolesc de Girona, ya que online se encuentra agotado.
Roca quiso compartir el proceso de elaboración en un vídeo en Instagram, ilustrando paso a paso la construcción de este clásico de la navidad catalana y aragonesa, también conocido como ‘tronca de Nadal’ o ‘soca de Nadal’, que ahora se decora con un gorrito rojo y distintos emojis en diferentes estados emocionales.
En el mismo post, desde Rocambolesc profundizan asimismo en los orígenes y la historia de este emblema costumbrista: ‘la variante más extendida consiste en tomar un tronco, leño o rama gruesa —normalmente al inicio del Adviento—, dejarle comida cada noche y taparlo con una manta para que no pase frío. Al llegar Nochebuena, los niños de la casa lo golpean con bastones mientras cantan, para que defeque regalos y dulces por debajo de la manta el 24 de diciembre. El extremo visible del tronco suele decorarse con barretina y una cara sonriente.’
‘Esta tradición tiene orígenes rurales, inicialmente relacionados con celebraciones del solsticio de invierno y la tradición precristiana del tronco de Navidad. En sus inicios el tronco nunca defecaba objetos grandes, sino chucherías, barquillos y turrones para los más pequeños. También se ha dejado de quemar el tronco una vez han pasado las fiestas. El tió de Nadal está emparentado con la tradición del árbol de Navidad, también portador de regalos para los más pequeños, y con eventos similares en Aragón (tronca de Nadal), Galicia (tizón do Nadal), Occitania (Cachafuòc, Cachofio o Soc de Nadal)[3] y Reino Unido (yule log).’