A quién no se le ha ido de las manos una noche de copas? Chupito tras chupito, trago tras trago, hasta que el suelo empieza a moverse por debajo de los pies y decides que mejor irte en el punto más ‘álgido’ de la noche para evitar que todo decaiga frente al ojo público. Pides la cuenta y los números que divisas sobrepasan a los billetes que hay dentro de tu bolsillo. Toca pagarla con el sudor de tu frente y, de paso, empezar a escribir tu propia historia dentro del mundo de la coctelería. Así fue como Ivy Mix cayó en las garras de Café No Sé, un local cuasi clandestino en Antigua Guatemala y en el que a sus 19 años esculpió un futuro que en 2015 le hizo llevarse el premio a mejor coctelera en el festival Tales of the Cocktail de EE UU. Nada menos.
Si el dueño de Café No Sé, John Rexer, la está liando en murales y marquesinas de Miami, Los Ángeles y hasta con una proyección en el edificio del New Museum of Contemporary Art de Nueva York a través de la campaña viral “Donald, eres un pendejo”, ella la lió junto a él en 2004 sirviendo Mezcal Illegal, un mezcal de contrabando traído desde México, del cual Rexler es propietario. En aquella época, ella poco sabía de cócteles y simplemente servía chupitos de tequila y mezcal y abría cervezas, pero fue más que suficiente para que su ADN se impregnara de alcohol.
Superada su aventura centroamericana, llegó el momento de decidir si coger carrerilla en el mundo del arte –le fascinaban las piezas minimalistas de John McCracken, Robert Irwin y Jules Olitski– o quedarse detrás de una barra: “No sabía que quería dedicarme a esto profesionalmente hasta que llegué a Nueva York y descubrí el mundo de la coctelería. Hizo que ser camarera se convirtiese en algo más creativo y me encantaba”. Después de entrar en el típico círculo de ‘la pescadilla que se muerde la cola’ por el que si no tienes experiencia previa trabajando en la Gran Manzana nadie te contrata, pero sigues sin tenerla porque nadie te da tu primera oportunidad, finalmente encontró la luz. Fue al conocer a Julie Reiner, su mentora, dueña del Clover Club en Brooklyn y la persona que la apoyó para hacerse cargo de Leyenda, una coctelería de inspiración latina en la que se suceden sin pausa los Mai Tais de mezcal con cócteles de tequila reposado y ¡palo cortado!
Tres ediciones consecutivas estuvo Ivy nominada al premio al mejor bartender de EE UU, pero no fue hasta el año pasado cuando logró hacerse con el galardón. “En realidad no sabría decir exactamente qué fue lo que cambió para que me dieran el premio. He estado en la industria del bartending desde hace once años y gran parte de este tiempo he trabajado simultáneamente en Speed Rack, una competición de cocteleras femeninas que empecé junto a Lynnette Marrero para recaudar fondos contra el cáncer de mama. Creo que el haberme embarcado en este proyecto, además de mi experiencia en bares, ha contribuido para tal honor, Eso sí, espero que en ningún caso haya influido el mero hecho de ser mujer”, cuenta Ivy.
Con un apellido que parece hecho a medida, a Mix solo le falta, de momento, dar el paso y lanzarse a otra de sus ‘escapadas’: “Quiero abrir una coctelería en algún lugar de Latinoamérica y en España. Solo estoy esperando a encontrar el lugar y el momento idóneos”, nos cuenta. ¿Algún interesado en la sala?
(leyendabk.com).