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Hacer el vikingo en Reikiavik

Hacer el vikingo en Reikiavik

NOMBRES: REYKJAVÍKURBORG (OFICIAL).

PAÍS: ISLANDIA.

IDIOMA: ISLANDÉS.

HAB.: 121.960.

PREFIJO TELEFÓNICO: +354 5.

CONOCIDO POR: BJÖRK, SIGUR RÓS, PAISAJES, CARNE DE TIBURÓN.

WEB: REYKJAVIK.IS.

Cortesía de económicos enlaces aéreos con Europa y EE UU, la anteriormente aislada Reikiavik se ha convertido en el destino favorito de los usuarios de Airbnb. Una visita a la pequeña ciudad permite disfrutar de dos aspectos de la cultura islandesa que se mantienen fuertes a pesar del embiste de la masificación: la noche y la gastronomía. Advertencia: tú no eres vikingo. Ellos, sí.

Para empezar con energía el día, la panadería Sandholt lleva siendo la opción más recomendable de la ciudad desde 1920. Sirve el mejor pan de centeno de la isla y su Gravlax, el hermano nórdico de nuestra tosta de salmón, se vive aquí como una religión. Si no tienes tiempo para un latte, siempre tendrás un ‘skyr’ cerca para comenzar el día. La respuesta islandesa al yogurt griego es un alimento alto en proteínas y bajo en grasas, y lo encontrarás natural o de sabores, en batido o en tarrina. La receta tiene mil años de antigüedad.

Hacer el vikingo en Reikiavik

Desde 2009, en Islandia no hay McDonald’s. Y es que la mayor institución de la ciudad después de Björk son los perritos calientes de Bæjarins Beztu Pylsur (Los Mejores Perritos de la Ciudad). Una caseta cerca del nuevo centro de convenciones Harpa en la que todo islandés (320.000 habitantes en el último recuento) ha comido al menos una vez en su vida. También Bill Clinton y Madonna. Pero si comer en la calle no es lo tuyo, el diner Hafnarbú›in es lo más parecido a comer una hamburguesa en una máquina del tiempo que podrás hacer.

Hacer el vikingo en Reikiavik

El ‘puffi n’ (frailecillo) es un ave tan encantadora que debería tener su propia película de Pixar. Lo encontrarás estampado en camisetas, convertido en tierno peluche y adornando tazas de café e imanes para el frigorífico. En vivo, lo más fácil es que vayas a buscarlo a los acantilados de la isla de Heimaey, donde en 1973 la erupción de un volcán se comió a la mitad del pueblo. Pero vayamos a lo que nos interesa: en forma de hamburguesa podrás comerte uno en el restaurante Grillmarka›urinn. Ojo: no sabe a pollo. Sabe a ‘puffi n’.

Hacer el vikingo en Reikiavik

En el apartado de las tendencias ‘hardcorefoodie’, el tiburón (Hákarl) se lleva la palma. Curado en cabañas durante cuatro o cinco meses y con un característico olor a amoniaco, el plato suscita reacciones viscerales y radicales entre las personas sin ningún componente genético vikingo. La mención especial del jurado sería para el Svi›, la cabeza de cabra guisada. Si no te has levantado experimental, la cabeza de bacalao preparada en matur Og Drykkur es la opción más moderada y encima te quedará fenomenal en Instagram.

Hacer el vikingo en Reikiavik

Dependiendo de la estación, en Islandia o no anochece o no amanece. Es así, no le des vueltas. Te servirá de excusa perfecta para darte a los bares cerca de la calle Laugevur, donde todo sucede. Puedes empezar probando la variada producción cervecera local en el bar Kaldi o en el Skuli. Después, toca parada obligada en el Kaffibarin, entre otras razones porque Damon Albarn es uno de los propietarios. A partir de las once, prepárate para el musicón y para que en la barra suceda cualquier cosa. Aviso: los vikingos también bailan.

Hacer el vikingo en Reikiavik

Si has llegado a los clubs Húrra o Paloma, eso quiere decir que te estás tomando muy en serio la ciudad. House y techno en locales pequeños pero con un sonido digno del Berghain de Berlín. Para enchufarse un poco de gasolina local en forma de ‘schnaps’, prueba, invita y comparte unos tragos del famoso Brennivin (aka ‘Muerte Negra’). Se trata de un licor a base de patata aromatizado con comino con el que Michael Madsen se chuza en ‘Kill Bill Vol. 2’. Eso sí, allá tú. Los efectos secundarios incluyen amnesia. Damos fe.

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