En estas últimas semanas de invierno, y en este paréntesis entre vacaciones, el mejor plan posible es coger lo necesario para un fin de semana, lanzarse a la carretera dirección la sierra para alejarse del bullicio sin mirar atrás y permitirse desconectar sin más aspiración que la de relajarse. En la montaña todos son bienvenidos: los esquiadores podrán divertirse deslizándose por las cumbres blancas que han dejado las últimas precipitaciones, los paseantes y amantes de la naturaleza harán lo propio, pero a ritmo de zancada, los que buscan simple tranquilidad podrán disfrutarla aquí más que en ningún otro sitio y los aficionados a la gastronomía conectarán con los placeres de la cocina local. Esta, seguro será rica, reconfortante y repleta de los productos que la temporada nos deja.
Un hedonismo sencillo que se entiende de maravilla con un final redondo saboreando un Habano, como el Bolívar Belicosos Fino –figurado, de cepo 52 y longitud 140 mm– para dejarse seducir por todo su carácter. También embaucar por su fortaleza elevada y matices marcados que dejan en boca y nariz unas notas terrosas, minerales, especiadas, con recuerdos a frutos secos y chocolate. La marca Bolívar se creó en 1902 y hoy en día tiene su base en la Fábrica de Partagás, en el centro de la Ciudad de La Habana. Coincidiendo con el carácter de la figura histórica que le da nombre, este Habano se caracteriza por la fuerte personalidad de su sabor. Y su ligada, compuesta de hojas de tripa y capote de la zona de Vuelta Abajo, es especialmente apreciada por los fumadores más expertos.
Un habano de gran personalidad que se entiende a la perfección con el whisky que se prefiera, ya sea escocés, irlandés, canadiense o japonés. El cuerpo y refinamiento de esta bebida resaltará, sin duda, los matices tostados y especiados del habano; y tu escapada será simplemente perfecta.