Las bebidas vegetales tienen la culpa de que el consumo de leche se haya desplomado.
Si hasta hace poco la media de ingesta de lecha era de 97,3 litros por persona al año, ahora esa cifra se ha visto reducida hasta una cantidad muy modesta e insuficiente para el correcto funcionamiento del cuerpo: 73 litros por persona al año.
Hasta el año 2000 todo parecía ir bien, pero fue con la aparición de las bebidas vegetales cuando la leche dio con su talón de Aquiles. Estas nuevas bebidas, en apariencia más sanas, ricas y aptas para las dietas dejaron a la leche en un segundo plano, alzándose las de origen no animal como las nuevas (y futuras) alternativas.
Según datos de Agricultura, el consumo de leche ha descendido un 8% respecto al mes de abril y un 5% desde el año pasado. Una caída que también se ha visto afectado en su volumen de exportación al exterior, predominando la salida de bebidas de soja, avena, maíz y arroz.