Gastro

Gamberro: irreverencia gastronómica de Aragón al mundo

Conoce el restaurante maño que ha reinventado la cocina aragonesa de vanguardia.

Dentro de la escena culinaria emergente de Zaragoza, una nueva oleada generacional está dirigiendo la revolución. Sus artífices son Flor García y Franckesco Vera, y el restaurante en el que la están abanderando se llama Gamberro.

En base a una cocina creativa e irreverente, este restaurante zaragozano con un Sol Repsol orquesta su propuesta culinaria en torno a la técnica y el producto a través de un único menú de 17 pases que comienza siempre a la misma hora. Esa sincronización hace que todo funcione de manera fluida, mientras su espíritu subversivo recorre todo el concepto: desde su carta hasta su interiorismo de inspiración urbana, que ilustra el ADN de la pareja, entre grafitis, tablas de skates y leds que iluminan todo el espacio.

Fundado en 2015, este restaurante que presenta una oda actualizada de la cocina aragonesa, está dirigido por el dúo de chefs Franchesko Vera, que se encuentra en los fogones, mientras Flor García se encarga de la sala y de la propuesta líquida del local.

La gastronomía de Franchesko, influenciada por la cocina asiática, guarda un cuidado equilibrio entre la elegancia y la imaginación, dándole prioridad a los productos de Aragón, mezclados con elementos foráneos.

El Aragón más disruptivo

Actualmente ofrecen un solo menú de 17 pases por 70 euros, que incluye opciones sorprendentes como los sesos en tempura o el Guardia Civil 2.0 (plato baturro); así como otras muchas creaciones estacionales como su dumpling de marisco, la lubina con kales del Navazo y crema de vieira o la cheesecake de queso de Radiquero con helado de melocotón de Calanda sobre tierra de pan de vino.

‘Buscamos explotar estos principios de una manera actual, pero sin olvidar el origen de cada cosa. Rompemos las reglas para así llegar al sabor, al detalle, a la esencia. Fusionamos producto local e internacional y buscamos sorprender al comensal alternando platos muy sutiles con otros muy cañeros. Queremos viajar, con el paladar, de Aragón al mundo’, expresa Franchesko acerca de su visión.

En Gamberro, la sala y la bodega corren a cargo de Flor García, quien ha diseñado una excelente carta de vinos en la que coexisten etiquetas de grandes casas con proyectos independientes, más pequeños.

En conexión con el espíritu cosmopolita del concepto, Flor maneja 200 referencias, con etiquetas nacionales e internacionales, como las D.O. más conocidas (por supuesto, mucho Somontano, Cariñena y Borja) y también etiquetas de otros territorios insólitos como Ribera del Jiloca o Valdejalón. Destaca la oferta de espumosos de Champagne y la variedad de tintos y blancos, con vinos del Nuevo Mundo y de otros puntos remotos como el Valle de la Becá, en Líbano.