Las posibilidades de la fusión gastronómica parecen infinitas pero pocas resultan tan acertadas como la que presenta Llamber. Esta taberna gaastronómica, situada frente al Mercat del Born, ofrece una carta donde impera la filosofía Slow Food y el buen producto convertido en tapas totalmente distintas a las conocidas.
Las creaciones tocan la memoria y sorprenden a partes a iguales. Por ejemplo, las clásicas patatas al cabrales asturianas, aquí se sirven cremosas y sobre un praliné de avellanas. Las anchoas del cantábrico descansan sobre un pan dulce de escanda y queso; el pulpo a la brasa lleva un milhojas de patatas y chimichurri marino. Y ojo a uno de sus mejores platos: un timbal de morcilla con chipirones y el jugo asado de su tinta. Un escándalo de sabor. Umami mediterráneo en estado puro. La carta nace de la creatividad de Eva Arbonés (propietaria) y del chef Fran Heras, asturiano de nacimiento y amante de la cocina catalana. También de los vinos. Llamber cuenta con unas 150 referencias para maridar con una propuesta hecha para el disfrute.