Aunque esta Navidad, que ya está a la vuelta de la esquina, puede que sea la más extraña de todos los tiempos, hay algo que se va a mantener inamovible: disfrutar de jamón del bueno. Y en este sentido, una apuesta segura es el producto de bellota de FISAN, empresa familiar ubicada en Guijuelo desde hace justo un siglo.
De hecho, para celebrar su centenario (1920-2020) con todos nosotros, la marca ha decidido lanzar al mercado una caja muy especial en la que se incluyen tres sobres de 80 gramos cada uno con un corte diferente de jamón: maza, contramaza y punta.
Este jamón atesora más de 100 meses de curación en bodega. Además, la caja incluye en su interior un libro sobre la centenaria historia de la marca.
Además, como cada Navidad, la compañía presenta su Jamón FISAN Alta Gastronomía Edición Limitada añada 2016. Son piezas elegidas desde su crianza en la dehesa, que han sido curadas durante un período de entre 56 y 60 meses en secaderos y bodegas naturales con poca luz, escaso ruido, mucho cuidado y grandes dosis de paciencia.
Hay que tener en cuenta que la de 2016 es una añada muy especial. Se caracteriza por una montanera de gran cantidad de fruto, que tuvo unas condiciones climáticas muy regulares en temperaturas y precipitaciones, lo que propició una conservación y aprovechamiento de la bellota óptimos. Las piaras de cerdos pudieron disfrutar de grandes cantidades de ellas durante un largo espacio de tiempo, permitiéndoles engordar al ritmo adecuado.
Todo ello da como resultado un jamón que en boca muestra cantidad de matices herbáceos y frutos secos. Su magro es brillante, de color púrpura, con infiltración abundante. Y tiene un retrogusto suave, persistente y con marcados matices dulces. Justo como nos gusta.