Las patatas fritas son el reclamo de cualquier persona a la que le guste comer. Bueno, ¿es que hay a alguien al que no le guste algo pasado por una cuna de aceite hirviendo? Se comen solas, o se ahogan en kétchup, aunque hay otros a los que les gusta combinarlas con mostaza. Eso sí, siempre con mucha sal… pero no se lo digas a tu médico de cabecera… o a tu nutricionista. Importa que se frían en un buen aceite y a una perfecta temperatura para que queden crujientes, no se sequen y para que queden en el punto perfecto: ni quemadas ni crudas. Aún así lo que más importa para hacerlas es una buena patata, la materia prima que hace de las patatas fritas uno de los acompañamientos perfectos para una hamburguesa, un cachopo del tamaño de nuestro amor por el foie gras y bueno, hasta de una ensalada. La patata se descubrió hace 7.000 años entre Perú y Bolivia, nos salvó de la hambruna, la cortamos en todas sus formas posibles y sí, la seguimos queriendo, cocinando y comiendo.
Curiosidades de la patata (que ya te contamos en nuestro número dos de Tapas pero que te traemos de nuevo para refrescarte la memoria):
- Alemania come más patatas que nadie. Un alemán ingiere 63 kg/año, el doble que un estadounidense
- Un chef de NY las cocina muy finas y saladas para echar a un cliente… pero le encantan. Nacen las ‘chips’ (1853).
- Aunque parezca mentira, la patata tiene su museo (en Albuquerque) y su día mundial (el 31 de marzo).
- Mr. Potato fue el primer juguete que se anunció en la televisión de EE UU. Fue creado en 1949.
- Utilizadas como moneda en Alaska o Tristão da Cunha y el primer vegetal que la NASA cultivó en el espacio.