Toma Nota

Esto es lo que te hace engordar en fin de semana

Fin de semana
Foto: Getty Images

¡Ya estamos a mitad de semana! Y sí, todos sabemos que los fines de semana tenemos carta blanca para darnos un caprichito, aunque ya hayamos puesto en marcha la operación bikini. Pero no es solo el vinito de más que nos tomamos, esa pizza que acompaña la peli del viernes noche o el aperitivo del domingo, sino que existen algunos hábitos que nos hacen coger peso el finde semana sin que nos demos cuenta.

¿A ti también te preocupa, verdad? Pues sigue leyendo que te contamos cuáles son.

1. No es solo que la noche anterior de pasaste de copas, sino que, como suele ocurrir, el día siguiente va a ser de resurrección, de sendentarismo puro y duro, haciendo difícil quemar los excesos del día anterior.

2. Un ratito más, un ratito más hoy que puedo. ¿Quién no aprovecha el fin de semana para dormir? Cuando se nos pegan las sábanas normalmente nos saltamos el desayuno porque está cerca la hora de la comida o porque nos ponemos a hacer cosas más interesantes, lo que provoca que lleguemos caninos a la hora del almuerzo. ¡Error!

3. El viernes unas cañas networking, el sábado comida con tu pareja, por la noche cena y copas con los amigos y el domingo aperitivo y comilona con la familia. Sí, llegamos al lunes hinchados como globos porque nos pasamos el fin de semana comiendo y bebiendo.

4. Bebemos más, sí, pero más de todo lo que no sea agua. ¿Conclusión? Retenemos líquidos porque no nos hemos hidratado lo suficiente durante 48 horas.

5. Raro es que salgas a comer fuera de casa y te pidas una pechuga de pavo a la plancha con unas hojas de lechuga de guarnición. Tranquilo, todos lo hacemos. Normalmente comer fuera de casa implica no comer demasiado sano. 

6.  Tanto hibernar cual oso hormiguero como querer aprovechar al máximo el fin de semana y dormir menos que un búho es malo para la salud. Tenemos más tiempo libre pero no significa que tengamos que invertirlo en dormitar.

7. Y para merendar… ¡tortitas! Y ya la hemos vuelto a liar. Un exceso de hidratos de carbono acaban convirtiéndose en glucosa que no es para nada recomendable.