El otoño se acerca y con él un momento de calma en el que vivir un poco más lento tras la actividad frenética del verano. Otoño significa un aire más fresco, los colores ocres, rojos y marrones que inundan el paisaje, nuevos comienzos y también significa recogida de la vid. Porque es en estos meses cuando las zonas vinícolas se inundan de gente trabajando a pie de viña para recolectar los frutos que durante todo el año han cuidado con mimo. Después, vendrá la celebración por una nueva cosecha y todo lo bueno que ella puede traer.
Un lugar clave para sentir esa energía única que desprenden los pueblos dedicados al vino es Cataluña, destino enoturístico imprescindible. Y es que Cataluña te habla de vino, ya que este forma parte de la cultura del territorio desde hace más de 2.000 años. Recorrerla es saltar continuamente de un microcosmos vitivinícola a otro, en un viaje de riqueza y cambio constante. Así, deslizándose por sus carreteras, se descubre el paisaje agrícola del Priorat, las viñas junto al mar retorcidas por la tramontana de la DO Empordà, las cultivadas a 1.000 metros de altura en Lleida, o los viñedos de la DO Bages y la DO Penedès protegidos por la montaña Montserrat.
El enoturismo es una forma de descubrir toda esta riqueza y patrimonio desde la copa, y conocer de primera mano las historias de las bodegas (hay más de 300 visitables), de los viticultores, entender las tradiciones y descifrar el entorno. También pisar las “catedrales del vino”, bautizadas así por el escritor Àngel Guimerà dada su majestuosidad y semejanza arquitectónica con los templos religiosos –algunas de ellas fueron diseñadas por algunos de los artistas más relevantes del Modernismo catalán, como César Martinell–. En total son 12 las denominaciones de origen que aquí crecen y que, acompañadas de la gastronomía local –tanto tradicional como de vanguardia– harán de un momento, un recuerdo eterno.
Las rutas del vino por Cataluña
Nueve rutas para conocer nueve denominaciones y descubrir más del territorio vitivinícola catalán.
La Ruta del Vino del Priorat
Es el recorrido de las pendientes imposibles en las que se practica la viticultura heroica. Comparte comarca con la DO Montsant, la más joven de las denominaciones catalanas. Aquí las cepas están plantadas en laderas de fuerte pendiente, con suelos pedregosos de pizarra y orografía abrupta. El mejor punto de partida puede ser la Cartuja de Escaladei donde se estableció el primer monasterio cartujo de la península ibérica y donde los monjes tenían su propio manual de cultivo de la vid.
Por qué hacerla: Encontrarás más de un centenar de pequeñas bodegas, de las que la mayoría son de gestión familiar, comprometidas con la utilización de la garnacha y cariñena.
La Ruta del Vino del Penedès
Esta zona es un referente histórico del vino catalán, líder en la elaboración, comercialización y exportación de vinos. Sus viñedos se pueden encontrar tanto en el interior como en la costa, en un paisaje ricamente variado. Las investigaciones arqueológicas han demostrado que la gente que vivía en esta región hace 2.000 años ya sabía hacer vino, aunque fueron los romanos quienes consolidaron la zona como región vitivinícola utilizando la Vía Augusta.
Por qué hacerla: Es dinámica y acogedora, y está muy bien comunicada con Barcelona y Tarragona. Aquí se pueden realizar rutas a pie, en bicicleta, recolectar la uva con niños o practicar maridajes.
La Ruta del Trepat (DO Conca de Barberà)
La llegada de los monjes cistercienses al Real Monasterio de Santa Maria de Poblet es fundamental para entender la implantación de la vid en esta región de Cataluña a partir del siglo XII; como también la es la Orden de los Templarios. Y es que ambas comunidades transmitieron la cultura y el cuidado de la viña a los agricultores de la zona. Esta ruta te llevará a conocer las diversas catedrales del vino, símbolos del renacimiento de la producción del vino tras la filoxera.
Por qué hacerla: Hay varios museos temáticos y, si eres amante del senderismo, has de saber que aquí está el corazón de la Ruta del Císter (GR-175), que une los monasterios cistercienses de Santes Creus, Vallbona de les Monges y Poblet.
La Ruta del Vino DO Empordà
Realizándola uno descubre que la colonia griega de Empúries llegó por primera vez a territorio catalán y a la península ibérica por la Costa Brava. Después, fueron los romanos quienes se encargaron de mantener el prestigio de los vinos de Emporiae. Esta ruta también te acerca al legado de Salvador Dalí y Josep Pla, además de a todo el patrimonio histórico, cultural y paisajístico de la zona en la que queda impregnada la creatividad de figuras como Ferran Adrià o los hermanos Roca.
Por qué hacerla: Por conocer proyectos de jóvenes productores que quieren preservar el legado vinícola. O practicar el enokayak, las catas de vinos a bordo de un velero y los diversos tratamientos de vinoterapia.
La Ruta del Vino DO Pla de Bages
Se trata de un territorio muy importante para la historia, la espiritualidad y cultura catalanas. La DO Pla de Bages se sitúa en un espacio natural protegido de extrema belleza, a los pies de la montaña Montserrat. Además, incluye paseos en bicicleta, en el tren del vino e incluso en globo para poder ver los viñedos a vista de pájaro.
Por qué hacerla: Esta pequeña región vitivinícola acoge sus singulares tinas de piedra seca situadas junto a las viñas de las que se conservan alrededor de 4.000. Estas construcciones permitían a los agricultores atender los viñedos y almacenar las uvas recolectadas.
La Ruta del Vino DO Alella
Es la DO más pequeña, pero también una de las más antiguas, ya que se remonta a la Layetania de la época romana. Sus vinos viajaron a las colonias de ultramar y eran los favoritos de la Barcelona burguesa y modernista del siglo XIX. Los más característicos son los vinos blancos elaborados a partir de la xarel·lo, la garnacha blanca y picapoll. Aunque, si eres más de tinto, también hay grandes vinos de crianza de la variedad tempranillo.
Por qué hacerla: Sus productores y bodegueros trabajan por recuperar variedades autóctonas como la pasa blanca, la más característica de la zona.
La Ruta del Vino DO Terra Alta
Lo particular de este territorio es la variedad de viñedos, alternándose las terrazas y bancales con los llanos y valles para formar un mosaico de parcelas, pendientes y orientaciones. En ellos crece la uva más característica de la región, la garnacha blanca; tanto es así que incluso se ha creado el distintivo Terra Alta Garnatxa Blanca. Esta DO es dinámica, innovadora, tradicional y creativa.
Por qué hacerla: Las atracciones estrella son las “catedrales del vino” de Gandesa y Pinell de Brai, diseñadas por Cèsar Martinell, discípulo de Antoni Gaudí. Ambos son grandes ejemplos de arquitectura agraria modernista. Además, los ciclistas podrán recorrer la Vía Verde de la Terra Alta.
La Ruta del Vino de Lleida
Ocupa 4.172 hectáreas de viñedo que va desde los terrenos de la Plana de Lleida hasta las montañas del Prepirineo, con viñas situadas a 1.000 metros de altitud. Una región que casi desaparece cuando, a finales del siglo XIX, la filoxera arrasó con la mayoría de las plantaciones. Pero fue gracias a Manuel Raventós que, a principios del siglo XX, renació su viticultura. Es la DO más alejada del mar, con una exposición amplia al sol, temperaturas contrastadas, precipitaciones bajas e importantes nieblas de invierno.
Por qué hacerla: Se puede desayunar entre viñedos, hacer visitas guiadas tematizadas o un trail running. Destaca la Ruta del Aceite, un itinerario con el que conocer la Denominación de Origen Protegida Les Garrigues.
La Ruta del Vino DO Tarragona
Se siente el legado histórico y patrimonial del Imperio Romano, ya que aquí, en Tarraco, se producía vino para después almacenarlo en ánforas y transportarlo hasta Roma. Extendida desde el mar Mediterráneo hasta el valle del río Ebro, la DO Tarragona ha impulsado la innovación constante en el cultivo de la viña y elaboración del vino. Es una gran oportunidad para degustar el carácter que aquí se le da a la uva macabeo, tempranillo, merlot, samsó, sumoll, moscatel, parellada o garnacha.
Por qué hacerla: Por conocer Tarragona, la única ciudad Patrimonio de la Humanidad de Cataluña, y vivir experiencias tan singulares como un paseo en carruaje con cata de vinos, rutas fluviales en laúd, excursiones en kayak por el Ebro, paseos entre viñas o circuitos de marcha nórdica.
Una fiesta para cada ocasión y con mucho vino
Serán la excusa perfecta para divertirse y, al mismo tiempo, adentrarse en la cultura vitivinícola catalana.
Septiembre
· Del 7 al 15 de septiembre: Fiesta de la Vendimia en Alella. DO Alella
· 20, 30 septiembre y 1 de octubre: Fiesta de la Vendimia en Sitges. DO Penedès
· Septiembre y octubre: Cavatast en Sant Sadurní d’Anoia
· Hasta el 30 de septiembre: Fiesta de la Vendimia del Cava en el Penedès. DO Penedès
· 30 de septiembre y 1 de octubre: Fiesta de la vendimia y muestra de vinos de la DO Pla de Bages
· Septiembre: Fiesta de la Vendimia. DO Empordà
· Septiembre: Fiesta del Vino y de la Vendimia a la antigua en Poboleda. DOQ Priorat
· Septiembre: Fiesta de la Vendimia del Penedès. DO Penedès
Octubre
· Segunda semana de octubre: Semana del Cava en Sant Sadurní d’Anoia. DO Cava
· 26 y 27 de octubre: Fiesta del Vino de Lleida
· Octubre: Fiesta de la Vendimia y del Vino en Verdú. DO Costers del Segre
· Octubre: Fiesta del Most en San Cugat Sesgarrigues. DO Penedès
· Octubre: Fiesta del Baile del Most en Sant Pere de Riudebitlles. DO Penedès
· Octubre: Fiesta de la Vendimia del Bages en Artés. DO Pla de Bages
· Octubre: Fiesta de la Vendimia en Corbera d’Ebre. DO Terra Alta
Noviembre
· 3, 4 y 5 de noviembre: Fiesta del Vino de Gandesa
· Alrededor del 11 de noviembre: Feria del Vi Nou en Calonge. DO Empordà
· Alrededor del 11 de noviembre: Fiesta del Vi Novell en Masroig. DO Montsant
· Noviembre: Fiesta del Most de la Ràpita en Santa Margarida i els Monjos. DO Penedès
· Noviembre: Festa del Vi Novell en Vilanova i la Geltrú. DO Penedès
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