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Acaba de celebrar su primer aniversario y ya se ha convertido en una de las paradas obligatorias de Madrid para los amantes del ramen. Es Ramen Komainu y su principal punto diferenciador es que preparan todo de forma 100% artesanal: desde los noodles frescos hasta el caldo, incluso los mochis -siendo uno de los pocos sitios de Madrid donde podrás probarlos-.
Por supuesto, el plato estrella de este pequeño local, ubicado en el barrio de Chamberí, es el ramen. De hecho, el subtítulo que acompaña a Ramen Komainu es ‘El guardián del ramen’. Y no es para menos porque la filosofía de este restaurante es preservar la tradición y la historia de esta receta, cuidando hasta el más mínimo detalle. Por eso elaboran sus propios noodles frescos -que no se desecan ni se congelan-, preparan los caldos caseros con 12 horas de cocción, y cada una de las recetas de la carta sigue el esencia tradicional japonesa, resaltando sus sabores y sin usar ningún tipo de conservantes o potenciadores de sabor, como el glutamato monosódico.
Tal y como recalca Gonzalo Ibáñez, dueño de Komainu, no hace falta ser japonés para hacer un ramen artesanal, pero sí es necesario seguir paso por paso y de manera estricta el proceso de elaboración. El amor de Gonzalo por este plato no es baladí. Lleva casado desde hace dos décadas con Aska Okumura, japonesa a la que conoció en la universidad. Después de dedicarse a la publicidad y nunca plantearse la idea de entrar en el mundo de la hostelería, decidieron lanzarse al negocio del ramen; y hoy han conseguido formar un tándem perfecto con el concepto de Komainu y siempre están pensando nuevas propuestas gastronómicas que ofrecer en su local.
Ramen y más
En Ramen Komainu pedir el ramen es obviamente mandatory. Tienes tres opciones más clásicas como el Tonkotsu (con caldo de cerdo duroc), el Tori Paitan (con caldo de pollo) y el Kimchi Ramen (caldo de cerdo y ave con tare de Kimchi). Y para los vegetarianos o veganos -y los que no lo son-, hay también deliciosas alternativas como el miso cremoso o el Tantamen, un ramen sin caldo que hará las delicias de los amantes del picante.
Pero en la carta también tienes unos cuantos complementos que merecen la pena probar. Uno de los que se ha convertido en las joyas de la corona es el kakuni, un exquisito platillo de panceta de cerdo cocinado 24 horas a baja temperatura y que lleva un punto de mostaza karashi y cebolleta. Como dirían allí, es puro umami. No hay que olvidarse tampoco de sus gyozas caseras, de carne o de kimchi, entre otras. Y el momento postre es totalmente un must.
Los mochis más auténticos
El apartado dulce del local es otro de sus puntos fuertes. A las tartas de queso caseras, con la de Matcha a la cabeza, hay que sumarle el distintivo de preparar a la semana un número limitado de mochis totalmente caseros, que suelen volar rápido. Aunque en la cultura occidental se ha extendido el término mochi para referirse a este postre, hay que recalcar que el mochi en sí es el pastel de arroz glutinoso a secas. Cuando viene relleno se llama Daifuku.
En esta ocasión, en la carta tienen de forma fija el Daifuku de yogurt con chocolate blanco y yuzu y otras variedades que cambian cada semana. Eso sí, al elaborar sólo 100 unidades semanalmente, es uno de sus postres más codiciados, gracias a la cremosidad y textura que le confiere el ser un dulce 100% artesano.
Kit de ramen artesanal para preparar en casa
Antes de abrir el local ubicado en la calle José Abascal 13, Ramen Komainu inició como un negocio que vendía a domicilio kits de ramen artesanal con todo lo necesario para preparar en casa un ramen auténtico en sólo 5 minutos. Cada caja, que suele ser para 2 raciones, contiene todo lo necesario para montar el plato: desde el caldo a los tallarines artesanales, los huevos marinados, la aguja de cerdo o las láminas de alga nori, entre otros. El pack sale a 28 € cada par de raciones. Se puede hacer el pedido en la web y hacen envíos semanales a toda la Península y se ha convertido en una alternativa perfecta para los amantes de ramen que están fuera de Madrid.