Polos, tarrinas, cucuruchos, de chocolate belga, turrón, leche merengada… La temporada estival ha llegado y, con ella, este refrescante postre veraniego. Pero como heladerías hay de todos los colores y sabores, después de haberos contado ya cuáles son nuestras preferidas en Madrid, recorremos el país a la caza de las direcciones imprescindibles donde disfrutarlo.
Las mejores heladerías de España
Delacrem (Barcelona)
El maestro italiano Massimo Pignata, natural de Piamonte, es el ideólogo de esta marca nacida hace 11 años en la ciudad condal. De su obrador, ubicado en el sótano de su establecimiento, salen a diario helados (de dos a cuatro kilos por sabor) elaborados con nata fresca e ingredientes de kilómetro cero. Y en todos ellos se nota la apuesta por los procesos artesanales… quizá por eso, entre otras cosas, Jordi Roca colocó en 2018 Delacrem entre sus diez heladerías preferidas del mundo. Los hay de yogur con mermelada de mandarina y azahar, de frambuesa y rosa… etc. Como reza su lema, puro gelato.
Los Alpes (Madrid)
Fundada en 1950 por el italiano Pedro Marchi de Bagni di Lucca y su mujer Marcelina Ladero, el local original apenas contaba con una máquina mantecadora (que funcionaba con hielo picado y sal gorda) y un mostrador con ocho sabores. Después, en la década de los 70, fueron sus hijas (Palmira y Clara) y su yerno (Guillermo Castellot) quienes tomaron las riendas del negocio: entonces los sabores pasaron de ocho a veinte, se reformó la tienda, se introdujo la horchata y los granizados (de limón, café y agua de cebada)… Hasta los años 90, cuando los nietos de los fundadores cogieron el relevo del establecimiento. Hoy tienen más de 40 sabores, producidos todos en su obrador. Tiramisú, crema catalana, bombón Rocher, leche merengada… Hay de todo en esta heladería.
Dellasera (Logroño)
Para el riojano Fernando Sáenz los helados son cocina. Y por eso este maestro de prestigio internacional se dedica a «cocinar el frío y los sabores y escuchar a los ingredientes para dejarles trabajar». Su negocio está ubicado en el corazón de Logroño y sus creaciones, que llegan hasta los mejores restaurantes del país, son elaboradas diariamente de manera artesanal en el Obrador Grate. Por cierto, todas sus genialidades están impregnadas de recuerdos de su tierra: crema de limón al aceite de Alfaro, frambuesas al vinagre balsámico de Haro…
Peret (Alicante)
Es, probablemente, la heladería más famosa de Alicante. En 1916, Vicente Richard Ballester abrió este kiosco, ubicado en el paseo que hay frente al puerto de la ciudad, con la idea de vender flores. Sin embargo, muy pocas semanas después, un vendedor ambulante de frutos secos, Pedro Fuster (conocido como Pere el cacahuero), le hizo una oferta y se quedó con el negocio. Y así fue como la familia Fuster tomó las riendas del local y lo transformó en una heladería-horchatería. Hay chocolate, turrón, leche merengada… y horchata, para muchos la mejor de España.
Rocambolesc (Gerona)
La heladería de Jordi Roca (el pequeño de los hermanos de El Celler de Can Roca) cuenta con varias sedes repartidas por Cataluña y Madrid… pero la casa madre se inauguró en Gerona en 2012. Y su decoración es lo más: mezcla la fantasía de Willy Wonka con recuerdos de la niñez (carritos de helados, máquinas de algodón de azúcar). Aquí todo se produce de forma casera, con mucho mimo, materias primas de calidad y bastante humor. Lo demuestran las Rocanas, copia casi perfecta de la nariz del maestro pastelero, que hacen con fresas y agua de rosas; o la mítica Mano dorada, que homenajea a la serie Juego de Tronos a través de manteca de cacao y polvo dorado… Y hay que probar el sorbete de mango y fruta de la pasión, con pipas de girasol caramelizadas, merengue flameado de vainilla y shorthcake.
Bico de Xeado (La Coruña)
Es la marca comercial de la Cooperativa Agraria Provincial de La Coruña, cuyo objetivo es ensalzar el sector lácteo gallego. La primera heladería que se inauguró bajo esta insignia lo hizo hace seis años en La Coruña (aunque tiene otras direcciones en Galicia y varias en Madrid). Y los procesos y las materias primas (leche de verdad, sólo pasteurizada) por las que apuesta garantizan una inmejorable textura y homogeneidad en el cuerpo del helado. Nata, vainilla, chocolate, turrón licor café… Muy cremosos.
Mira (Málaga)
Este es uno de los establecimientos más tradicionales de Málaga. Fue fundado en el año 1890 por Severino Mira, quien salió de Jijona por primera vez poco tiempo antes con la intención de vender su cargamento de turrones transportados a lomos de burros. A día de hoy no hay que perderse sus novedades: destacan los helados de aguacate con chocolate y los de chocolate blanco con mango (ambos elaborados con frutas procedentes de la comarca de la Axarquia).