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El naming de una marca es casi tan importante como el propio producto en sí. En el sector de la alimentación hay numerosas empresas que han conseguido el éxito gracias a un nombre potente, catchy o que llame mucho la atención. También hay otros que son muy básicos y unos cuantos cuya denominación no tiene un origen relacionado con el producto en sí. Este es el caso del nombre de la marca Snickers.
Si pensabas que detrás de las conocidas chocolatinas había un nombre relacionado con el chocolate, el caramelo o los cacahuetes -ingredientes principales del producto-, te equivocabas totalmente.
Perteneciente la empresa Mars Inc., las primeras barritas de Snickers fueron inventadas por Frank Mars en 1930 y decidió llamarlas así en honor al nombre de su caballo favorito: Snickers. El dulce tuvo gran éxito y se plantearon lanzarlo a nivel internacional. Dado que el nombre era muy similar al de knickers (que, sobre todo en el Reino Unido, hace referencia a la ropa interior), los dueños decidieron cambiarlo por Marathon Bar.
Finalmente al poco tiempo decidieron recuperar su nombre original que perdura hasta hoy en día. Las barritas Snickers, que empezaron vendiéndose a a 5 centavos en Chicago, han acabado convirtiéndose en la chocolatina más consumida de todos los tiempos (en 2013, la marca superó los mil millones de dólares en ventas sólo en Estados Unidos).