Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
La ostentación y el lujo también se magnifican a través del arte culinario de la Regencia que sirve el drama de época más aclamado de los últimos tiempos. En las primeras dos temporadas de ‘Bridgerton‘, los alimentos exhibidos representan algunas de las exquisiteces de la época de la Regencia, como el venado, el helado, los pasteles azucarados y el té. Lujos de los que, en realidad, la mayoría de población no disfrutaba en la vida real. Pues la clase trabajadora se veía obligada a alimentarse de menús precarios basados en pan, gachas y carne que estaban muy alejados de los festines suntuosos que se muestran en la serie.
Al fin y al cabo, Bridgerton no deja de ser una fantasía en la que todos sus personajes conviven en armonía. Sin embargo, en el período en el que se ambienta, a principios del siglo XIX, los mercaderes del Imperio Británico llevarían a la esclavitud a millones de africanos y sus descendientes debido a la gran demanda inglesa de té, el café y el azúcar. Esos alimentos podían entonces desencadenar la muerte de muchas personas, marcando las huellas de sangre de su sistema colonialista basado en el terror y la sumisión.
Significados culturales
Entre los manjares más codiciados de la Inglaterra moderna estaba la carne de venado. Un símbolo de estatus que en la obra audiovisual se proyecta durante una cena de la segunda temporada. Lord Cowper declara: ‘Digo, Featherington, que apuesto a que nunca podrías encontrar una carne de venado como ésta en América’. Y es que, a pesar de existir los mismos tipos de ciervo en ambos continentes, en Inglaterra cazar ciervos en tierras reales se consideraba un privilegio exclusivo que llevaba a condenar a aquellos que llevaban a cabo su caza furtiva. Un acto ilegal que podía conducir directamente a la ejecución. En la serie, por ejemplo, la élite mercantil no tiene acceso a ese privilegio, mientras otros personajes como Featherington y Cowper si gozan de él.
De manera simultánea, el azúcar se encumbró como otro lujo regio que pasaría a valer de 4 libras anuales en 1704 a 18 libras en 1800. Este aumento en el suministro de azúcar se logró a expensas de los esclavos que lo cultivaban en el Caribe, sometidos a métodos de producción basados en el horror. A pesar de sus decadentes orígenes, el azúcar se convirtió en un símbolo de delicadeza, especialmente asociado a la mujer en la cultura inglesa. Entre los beneficiarios de este auge del azúcar estaban los confiteros, como los propietarios de Gunter’s, representado en Bridgerton como un popular lugar de citas.
En esa época, el estatus social también se determinaba por los hábitos de consumo y los alimentos que ayudaban a construir y/o performar tal estatus o imagen. Beber té se consideraba una acción con la que demostrar respetabilidad. Eso sí, mezclándolo con pequeñas dosis de azúcar como una señal de control y buen gusto que también se vislumbra en esta obra extendida a lo largo de tres temporadas; que continuará abriendo más capítulos en su ferviente historia con el paso del tiempo.