La juventud que siempre andas buscando está en las granadas, concretamente, en una de sus moléculas.
Llegados a cierta edad, no necesariamente avanzada, nuestro cuerpo empieza a desgastarse provocando la muerte de un importante número de células en el organismo; además de una importante caída de la sarcopenia, que es la pérdida progresiva de la masa muscular, la cual nos sitúa en el comienzo del envejecimiento. Esto es, a partir de los 60 años casi un 50% de personas experimentan una devastadora pérdida de sarcopenia. Lo que parece imposible volver a ser joven.
Parece, pero no lo es, porque la solución es tan simple como comer granadas.
Así lo ha avalado un estudio realizado por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), publicado en la revista Nature Medicine, que asegura que las granadas contiene todas las características necesarias para producir urolitina A, el compuesto que promueve la regeneración mitocondrial deteriorada con el envejecimiento.
Este compuesto que actúa en la flora intestinal renovaría y produciría las mitocondrias que se necesitan para lucir joven y retrasar el envejecimiento físico y celular. Algo así como una molécula capaz de relanzar la actividad de estas mitocondrias.
Un eterno elixir que sólo tenemos que ingerir con frecuencia y que a su vez nos dota de todas las propiedades nutriciones que contiene como alimento.