Como amante de una buena mesa, sabes que lo que ves en tu plato no está ahí por casualidad. Y eso lo valoras, lo buscas, lo exiges… ¿no? La artesanía con la que se manipula cada ingrediente y el origen de cada uno de ellos se convierten en casi una obsesión para quien sabe que la satisfacción del estómago está en los pequeños detalles. Súmale a todo el mejunje el respeto por el medio ambiente y ya será irremediable no explotar de gozo para regodearse en la experiencia y tuitearlo todo para que el mundo se entere de lo que acabas de conseguir. Ahora bien, no pares, sigue y aplica este dogma culinario a cada cosa que hagas, incluso a ese bolso que contiene absolutamente todo lo que necesitas para sobrellevar el día… y para pagar tal cena.
Así lo vieron José Urrutia y Leticia de la Cuesta cuando decidieron apostar por La Portegna, una marca de bolsos 100% mediterránea que se nutre de pieles de curtición vegetal, teñidas a base de taninos de árbol y aceite de oliva. ¿Aceite de oliva? Tal cual, a ver si pensabas que solo tu ensalada se iba a beneficiar de nuestro (y con nuestro nos referimos al de toda la península) oro líquido. “Es más difícil de trabajar y la gente no está muy acostumbrada a ella porque envejece, con el tiempo se oscurece, puede presentar imperfecciones… Pero son precisamente esos detalles los que la hacen única”, cuenta Leticia desde Tokio en uno de sus tantos viajes en busca de inspiración.
Ya lo sabes: ser consciente de lo que comes también puede ir de la mano con vestir bien