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Rocío Vidal (Benicasim, 1992) es el nombre real de la persona conocida en redes sociales como La Gata de Schrödinger. Ese alias hace referencia a una paradoja ideada en 1935 por el físico austriaco-irlandés Erwin Schrödinger, para discutir teóricamente con Albert Einstein. Según su paradoja, un gato hipotético, encerrado en una cámara de acero cerrada, puede estar simultáneamente vivo y muerto, lo que se conoce como superposición cuántica, y está vinculado a un evento subatómico aleatorio que puede ocurrir o no. La explicación es muy larga y compleja, pero es a eso, precisamente, a lo que se dedica Rocío: a divulgar ciencia, a través de sus canales de YouTube y Twitch, de un modo comprensible por el común de los mortales. Lleva cinco años… ¡y le va muy bien!
Es periodista y publicista, pero su canal de YouTube es de divulgación científica. ¿De dónde le surgió ese interés?
Yo estudié periodismo porque me encantaba escribir; de adolescente tenía un blog en el que comentaba noticias. El periodismo me invitaba a poder hablar de lo que quisiera y de lo que me gustara, al menos en mi cabeza. Me quería especializar en periodismo de investigación ymedicuentadequela ciencia es algo muy importante y la desconocemos, así que me dije que me iba a especializar en comunicación científica. Hice un máster y hasta hoy.
El canal de YouTube lo abrió hace casi cinco años. ¿Fue una salida por no encontrar trabajo?
Yo estaba trabajando en una exposición científica y cuando se cerró supe que quería hacer un proyecto propio. Lo que es cierto es que el canal de YouTube
lo veía como una carta de presentación para empresas científicas o medios de comunicación que pudieran contratarme. Empecé un canal de YouTube porque gente a la que admiraba lo hacía y tuve la suerte de que se me dio bien y tuve muchas visitas. En ese momento vi que podía ser no un medio para conseguir trabajo, sino un trabajo en sí.
Ahora tiene más de 600.000 suscriptores en su canal. ¿En qué consiste exactamente este trabajo?
YouTube es una ventana de oportunidad que se te ofrece. Al final yo soy periodista y me dedico también a dar charlas y conferencias, presentar actos o realizar colaboraciones. Lo que hace YouTube y las redes sociales es que te vean, y eso implica pues muchísimas oportunidades de colaboración. Es cierto que yo soy una de las pocas privilegiadas que puede vivir de algo, a priori, tan especializado. Una youtuber de moda o maquillaje puede promocionar muchos productos, puede vestirse de marcas y parece más obvio que pueda vivir de ello y que le paguen por ello. Pero sí que se puede vivir de algo tan especializado como es la ciencia y la divulgación.
¿Se siente respaldada por científicos e investigadores?
Sí, porque son mis fuentes. Yo en mi canal, aunque toco temas de conspiracio- nes, de ovnis, de negacionismo o de terraplanismo, lo hago siempre desde un enfoque escéptico, abierto siempre a la escucha. Quizá muchos científicos tradicionales no entienden esa forma de comunicar tan entretenida, tan bajando a la tierra, pero yo creo que lo que importa realmente es que a la gente le llegue el contenido, lo vea y le guste. Lo que importa es que a la gente le guste culturizarse y pase un buen rato y le entre curiosidad y, por lo tanto, pensamiento crítico.
Los temas de los que habla ¿son los que a usted le interesan o los aborda porque son los que atraen más seguidores?
Una mezcla, diría yo. Principalmente es lo quea mí me gusta tratar. Pero es cierto que empecé el canal siendo una divulgadora más ‘blanca’, por así decirlo, más de contenido y divulgación científica clásica. Pero luego me di cuenta de que me gustaba mucho desmontar creencias y bulos, entender cómo funcionaban las teorías de la conspiración. Pero si la pregunta es si alguna vez he hablado de algo que no me apeteciera… Si eso fuera así, acabaría dejando el canal, porque lo principal es que tú lo sientas y lovivas. Es lo que a la gente más le llega.
He visto sus videos sobre alimentos ecológicos, pero no, por ejemplo, sobre la biotecnología aplicada a la creación de alimentos similares a la carne a partir de células madre…
No, no es un tema que haya tocado todavía, pero me encanta. Es una idea que me parece maravillosa; lo que pasa es que hay que ver más resultados.
¿Se podrá comercializar de forma masiva la carne de laboratorio?
No lo sé todavía. De momento no estoy viendo grandes avances de cara a una comercialización masiva, que al final es la clave. Está muy bien haberlo conseguido, pero si cada trozo de carne artificial cuesta 5.000 euros no va a conseguir nunca tener un impacto real en la sociedad. Pero todo avance empieza primero siendo carísimo y luego se consigue comercializar. Para mí sería una noticia maravillosa. Yo no soy vegetariana absoluta: consumo a veces pescado. Pero si he dejado de comer carne no es porque no me guste, sino por motivos éticos. Entonces, si se produce carne de laboratorio, sin sufrimiento animal detrás… ¡de lujo! También te digo que hay sustitutivos de la carne que yo (o amigos míos que comen carne) soy incapaz de distinguir, a base de proteína de soja o guisantes.
¿Y los alimentos transgénicos…?
Me parecen muy bien. Evidentemente el problema está en su aplicación práctica, en cómo puede afectar a los cultivos el uso de pesticidas. Todo eso tiene muchas más mayores implicaciones. No estoy de acuerdo con ese radicalismo extremo de “¡no a los transgénicos!” que han propiciado grupos ecologistas, porque creo que hay muchísima investigación científica detrás y que la biotecnología es el futuro para muchas cosas. Deberíamos dejar de estar tan cerrados y abrirnos a esas nuevas posibilidades; eso sí, teniendo mucho en cuenta el impacto medioambiental, obviamente.