Desde su casa en el sur de Francia, Enora Lalet (Périgord Noir, Francia, 1986) dice que para ella el confinamiento no ha cambiado mucho su día a día. Esta artista visual vive en el campo, donde trabaja en sus proyectos cuando no está viajando. Hace poco, cuenta, regresó de la India, donde ha realizado una nueva serie de retratos con el apoyo del Institut Français y la Alliance Française de Bhopal. Le dio tiempo a inaugurar su exposición, pero enseguida fue clausurada.
Su trabajo, del que te mostramos una parte, es una mezcla entre body painting, performance y gastronomía que acaba reflejado en retratos inusuales, con ingredientes que destilan la esencia de distintas culturas. Ella centra en su obra su reflexión sobre la comida, un interés que despertó en su infancia gracias a los viajes en familia y que ella continuó por su cuenta: desde Indonesia o Tailandia a Camboya pasando por Berlín, Nueva York o Madrid.
«La cocina, para mí, es un elemento de interacción social permanente. Algo necesario que condiciona nuestra cultura», asegura. «La comida es como una olla multisensorial donde nuestras emociones se mezclan de manera conmovedora. Me encanta esta frase de Brillat Savarin: ‘Dime qué comes y te diré quién eres’. Hay más identidad y cultura dentro de la comida que en cualquier otro elemento. Y cuenta mucho sobre los seres humanos”.
Otro de los ejes de su trabajo gira en torno a sobre cómo usamos el cuerpo humano, especialmente la cabeza. Y ahora llaman la atención, aún más si cabe, esta suerte de máscaras existenciales: «Incorporo este elemento a medida que experimento mi obra de arte en diferentes culturas. Por ejemplo, en Asia siempre ha sido cotidiano el uso de las mascarillas para la contaminación. En Europa, sin embargo, sentimos que afecta a nuestra libertad y nos hace perder nuestra identidad, mientras que en otros países es algo higiénico y curativo». Su reivindicación cultural ahora le hace ir un poco más allá: «Cada pueblo construye diferentes representaciones, diferentes protecciones y creencias. Los chinos piensan que pueden ser más poderosos, eficientes o inteligentes si comen tiburones, murciélagos o cualquier otro animal. Se trata de creer. Pero también en nuestra cultura hemos provocado desastres… Recordemos la gripe aviar o la enfermedad de las vacas locas. Al final todo se reduce a lo mismo: tratar de comerse al otro. Sólo espero que, algún día, los humanos aprendamos de lo vivido en el pasado. De otro modo sólo repetimos la misma historia».
(Puedes comprar cualquiera de estas obras en su página web y seguir a la artista en @enoralalet).
arte y comida
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Otras cosas que nos inspiran:
- Gracias por su visita: arte en servilletas de papel.
- El color del mar, de Julia Potato.