Beatriz Fernández es la directora de marketing de Solán de Cabras, todo un referente dentro del mercado español.
Cuando en el siglo XV Leonardo da Vinci sentenció que el agua era el vehículo de la naturaleza, puede que el término se le quedara corto. Al menos si dentro del término ‘naturaleza’ entraba el ser humano. Que el agua forma parte del 70% del peso corporal y que es la encargada del transporte de nutrientes, así como de eliminar las toxinas, es algo que probablemente sepas. Lo que quizá desconocías es que a través de la lluvia es capaz de convertir un acuífero subterráneo situado en la Serranía de Cuenca, en toda una joya de la naturaleza. Un tesoro que tras filtrarse por rocas se envasa en la conocida botella azul que tantas neveras lleva llenado desde hace más de 125 años. “Solán de Cabras es la primera botella que se ha movido en el mundo del diseño, de la imagen y de la innovación –en cuanto a su envase–. El agua tiene un equilibrio de imagen fantástica y de producto muy sano que la hace única y distinta”, explica Beatriz Fernández, directora de marketing de Solán de Cabras. Hace tan solo cuatro meses que la marca anunció su vuelta a la televisión con una campaña de comunicación que hace especial hincapié en el citado manantial y a la naturaleza que lo llena. “La idea salió de los consumidores, de ellos es el mérito. Habíamos pasado muchos años centrándonos en el envase y la iconicidad y perdimos un poco el recuerdo de lo que realmente nos enamora, el agua, que es lo que a la gente le da el bienestar”, comenta Fernández.
Además de esta novedad, la marca ha continuado con su espíritu de expansión relanzando sus bebidas de sabores compuestas de ingredientes y edulcorantes naturales. Más saludables y elaboradas con productos de calidad. Elementos fundamentales para Beatriz, que encuentra en el restaurante Tatel el lugar para disfrutarlos en la mesa. “Solán y Tatel comparten valores, imagen y el espíritu de ir poniendo las cosas buenas de España en otros países, como lo ha hecho el restaurante abriendo su primer local en Miami”. De la carta, hay un plato que le ha robado el corazón. Se trata de la milanesa de ternera con huevo y trufa. La preparan en la mesa y, según cuenta, es una auténtica explosión sensorial. Y más si se acompaña de una clásica botella azul y el agua de Solán de Cabras.