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En cuestión de viñedos, hay muchos factores que influyen a la hora de producir la vid y el posterior vino. Desde el tipo de suelo al clima, la latitud, la topografía o las técnicas empleadas. Si hubiera que destacar regiones vinícolas favorables para ello, seguramente las primeras que se vendrían a la mente serían La Rioja o Ribera del Duero en España, y Burdeos o Borgoña en Francia, por poner sólo unos ejemplos. Pero también se dan casos de viñedos ubicados en localizaciones aparentemente insólitas.
El último caso ha sido el del proyecto del nuevo aeropuerto de Florencia. Presentado hace unas semanas, esta futura terminal tendrá una extensión de 50.000 metros cuadrados. Además de una reorientación de la pista y contar con tiendas de lujo y todo tipo de servicios, lo que ha llamado la atención del proyecto es que el techo de la terminal alojará un viñedo de 7,7 hectáreas y 38 hileras. Estará diseñado por Rafael Viñoly Architects y han comentado que los viñedos serán cultivados y cosechados por uno de los principales viticultores de la región y el vino se elaborará y envejecerá in situ en bodegas especializadas debajo del área donde el terreno comienza a inclinarse para convertirse en el techo de la terminal. Aunque todavía no ha empezado a desarrollarse, el estudio ha compartido algunos bocetos de lo que será este nuevo aeropuerto-viñedo.
Aprovechando la curiosa ubicación de este viñedo, hemos repasado otras insólitas localizaciones donde se cultiva la vid. Sin irnos demasiado lejos, una zona con viñedos sorprendentes se encuentra en la isla de Lanzarote, concretamente en La Geria. Se trata de una región volcánica y aquí las vides están plantadas sobre lava solidificada, algunas incluso dentro de los mismos cráteres. En este suelo árido se cultiva la uva malvasía que da lugar a un vino muy rico en minerales. Además, ha encontrado en el enoturismo una actividad perfecta para potenciar esta zona.
Otra ubicación no menos peculiar la encontramos en el Delta de Chao Phraya, al suroeste de Bangkok (Tailandia). Ahí hay unas 5.000 hectáreas de los conocidos como viñedos flotantes entre los ríos Tha Chin y Mae Klong. Las vides están plantadas en estrechas hileras de tierra dentro de un canal y las uvas se transportan en las barcas, una vez vendimiadas. En la zona, también hay campos de arroz y habitan diferentes animales como conejos, serpientes e, incluso, monos.
De la naturaleza más pura nos movemos a una zona con actividad nuclear. En Finlandia, concretamente en la isla de Olkiluoto, hay una gran planta nuclear. Aquí, hace más de 20 años se plantaron más de 200 vides de la variedad de vino tinto Zilga, procedente de Letonia y que resiste muy bien al frío. En esta ocasión, el viñedo funciona gracias al agua refrigerante residual que se calienta con el reactor de la central, y no es radiactiva. En los años de mejor cosecha se han llegado a producir hasta 800 kg de uva. Según citan algunos medios, este vino no se comercializa.
Por último, también es reseñable la posición de algunos viñedos que, a pesar de su peculiar inclinación o altura, también producen unos excelentes vinos y se encuentran en insólitas localizaciones. Es el caso, por ejemplo, del viñedo más inclinado del mundo. En un paisaje bucólico de Alemania, como si te trasladase directamente a la época medieval, entre las laderas de las montañas y el río Mosela se encuentra otro de los viñedos más impresionantes del mundo. Su principal peculiaridad es que está plantado con una inclinación de unos 65º, prácticamente al límite. En esta zona entre las montañas Hunsrück y Eifel, y los valles de los afluentes del río, el Saar y el Ruwer, se produce uva Riesling. Y es también un destino muy recurrente para el enoturismo.
También es extrema otra de las localizaciones más insólitas de estos viñedos de El Tibet, que ostenta el récord Guinness al viñedo más alto del mundo. Está ubicado concretamente a 3.563 metros. También se le conoce como ‘El viñedo de la Tierra Pura y la Gran Altitud’ y se encuentra en Cai Na Xiang, en el Tibet. Hace más de una década se plantaron 11 variedades de uva en una extensión de 66,7 hectáreas, en las que se incluyen cepas Vidal, Muscat y una variedad autóctona de vino de hielo llamada Bei Bing Hong.