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El «primer día» de Castillo de Canena

La popular marca de aceite de oliva virgen extra apuesta por aunar la historia con el primer día de cosecha en una de sus ediciones más especiales.

El primer día. Ese instante con aroma a novedad, limpieza, ilusión, expectativas y trabajo. Mucho trabajo. Así suenan los primeros matices de Primer día de cosecha, la XIX edición de los aceites de oliva virgen extra de Castillo de Canena que pretenden hacer del llamado oro líquido un auténtico valor refugio.

Porque si por algo se caracteriza este emblemático producto de nuestra gastronomía es por su reconocimiento nacional e internacional. «El cuidado, la pasión y la dedicación al producir cada gota de estos AOVEs, junto a las condiciones climáticas han favorecido especialmente y el resultado han sido unos zumos de aceituna que alcanzan la excelencia», afirma Francisco Vañó, director general de Castillo de Canena.

Una excelencia que puede observarse en Primer Día Picual y en Primer Día de Arbequino, los dos signos de identidad de esta edición que busca reconocer en estos sabores todos los matices que se encuentran dentro de la aceituna.

Para ello, además, Castillo de Canena ha querido homenajear a Andrés de Vandelvira en el 450 aniversario de su fallecimiento. Este arquitecto, conocido como “el padre del Renacimiento español”, fue quien lideró la remodelación del Castillo de Canena. Un hecho, una acción, que ha servido para que esta firma no haya dudado en recordarlo.

Así lo subraya Rosa Vañó, directora comercial de la marca, quien subraya que «la excelente cosecha de este año conecta de una manera muy especial nuestros aceites de oliva virgen extra con este genio único del Renacimiento tan ligado a nosotros y al Castillo de Canena». Por eso esta edición es sin duda una de sus grandes apuestas por aunar la tradición y el sabor con la ilusión de los orígenes, del primer boceto de lo que más tarde se convertirá en un castillo, de la primera aceituna. En definitiva, del primer día de cosecha.