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El cambio climático continúa alterando los cultivos, la alimentación y la economía global. La sequía y la propagación de enfermedades, que han afectado gravemente la producción de naranjas en Brasil, el principal exportador mundial, vislumbran un panorama incierto para las empresas de refrescos.
Los futuros del zumo de naranja concentrado, negociados en la Bolsa Intercontinental de Nueva York, alcanzaron el pasado viernes los 4,92 dólares por libra, casi triplicando su valor en comparación con hace dos años, tras la drástica reducción de la oferta mundial de naranjas destinadas a la producción de zumo.
Para las compañías de bebidas, que suelen utilizar el mercado de futuros para protegerse de las fluctuaciones de precios, la situación es sumamente crítica, según explica Harry Campbell, analista de Expana: ‘Los costos están aumentando y no saben cómo enfrentar esta crisis’.
Menor producción
En mayo, Fundecitrus, una asociación de productores de cítricos y empresas de zumo con sede en São Paulo, predijo que la cosecha de naranjas en Brasil sería la más baja en 35 años, con un rendimiento casi un 25% inferior al del año pasado.
Sin embargo, esa previsión pesimista podría quedar desactualizada debido a las condiciones actuales. Brasil atraviesa la peor sequía en cinco décadas, con precipitaciones escasas en las principales áreas citrícolas durante los últimos cuatro meses, un periodo crucial para el desarrollo de los cultivos. Además, los meteorólogos prevén que la próxima temporada de lluvias, que suele iniciar a finales de septiembre, se retrasará este año. ‘La menor cosecha en 35 años, junto con el aumento del enverdecimiento de los cítricos y la sequía, han creado una tormenta perfecta que ha tensionado el mercado’, comenta Andrés Padilla, analista de Rabobank.
Hace dos décadas, el enverdecimiento de los cítricos, una enfermedad propagada por psílidos, comenzó a devastar los naranjales de Florida, la principal región productora de Estados Unidos. Hoy, esta enfermedad se está extendiendo en Brasil. Renato Bassanezi, investigador de Fundecitrus, señala que en 2023 el 38% de los naranjos brasileños presentaban síntomas de la enfermedad, con la mayor población de psílidos registrada desde 2004.
Aunque se han intensificado los esfuerzos para combatir la enfermedad, como el uso más eficiente de insecticidas, el daño en muchos huertos ya es irreversible. Los árboles infectados tienen rendimientos menores y su productividad sigue disminuyendo a medida que avanza la enfermedad. Además, los frutos caen antes de lo esperado y el zumo resultante es de menor calidad, concluye Bassanezi.
El zumo de manzana también se dispara
El precio del zumo de manzana también ha alcanzado cotas históricas. Las heladas primaverales han mermado la producción en Polonia, el mayor productor europeo y uno de los principales exportadores a EEUU. En este sentido, el sector alimenticio necesita que avances científicos para desarrollar nuevas plantas híbridas y árboles resistentes a las condiciones climáticas extremas y enfermedades.
La IFU y otras organizaciones han pedido cambios legislativos que permitan a los fabricantes de zumo de naranja utilizar otras frutas más resistentes al clima, como las mandarinas, sin cambiar el nombre de sus productos.