28 de junio, un día memorable para las manifestaciones del Orgullo Gay, donde las calles se llenan de colores y la gente expresa sus derechos. Esta fecha histórica se remonta a 1969 en un bar de Nueva York, el Stonewall Inn, donde tubo lugar el inicio del movimiento de liberación LGTBIQ+.
Stonewall Inn, situado en la calle Christopher del Greenwhich Village en Nueva York, abrió sus puertas en 1967. Era un club nocturno underground dirigido por la mafia, que a su vez conducía una red de prostitución. El clan de los Genovese vendía alcohol adulterado, tabaco de contrabando y otro tipo de ilegalidades. Era cutre y estaba abarrotado pero también era el santuario de muchos jóvenes donde podían bailar, respirar libertad y ser ellos mismos.
Las relaciones homosexuales en aquella época estaban prohibidas, como también las muestras de afecto en público o vestirse con ropa que no fuera propia del mismo sexo. Por ese motivo, ese antro se convertía en la salvación de muchas personas.
Se producían varias redadas en el local con el objetivo de cerrar el establecimiento a causa de la venta ilegal de botellas de alcohol, pretendiendo ser un bottle bar. Tras varios intentos por clausurar el bar clandestino, la mecha prendió fuego la noche del 28 de junio de 1969 poniendo las bases de lo que hoy en día es mundialmente conocido como Orgullo Gay.
La revolución que hizo historia
Todo empezó a las dos de la mañana, cuando la policía obtuvo una orden de registro para investigar el Stonewall Inn. Con ganas de guerra entraron al bar y ordenaron a todos los clientes que se alineasen contra la pared para ser identificados. A aquellas personas cuyo sexo no era claro se las llevaban esposadas. Lo que no esperaban era la oposición par parte del colectivo, ya que era la primera vez que tanto gays, lesbianas y drag queens respondían a la represión manifestando su orgullo.
Entre todos las personas presentes en el bar, destacó Marsha P. Johnson –activista de liberación gay y auto identificada como drag queen–, quien lanzó una botella al espejo marcando el inicio de la resistencia.
La policía consiguió arrestar a poco menos de 20 personas. En cuanto sacaron a las primeras víctimas esposadas, la activista lesbiana Stormé DeLarverie se enfrentó a los agentes cuerpo a cuerpo y empezó una revolución. Los altercados violentos duraron más de 3 horas con cubos de basura, ladrillos por los aires y neumáticos pinchados. Fuera del local se habían concentrado más de 600 personas que chillaban a la par «Gay Power!«.
Una batalla ganada
Los disturbios marcaron el antes y el después de la lucha por los derechos de las personas del colectivo LGTBIQ+, y dieron pie a la creación de frentes de liberación homosexual como el Gay Liberation Front. Su objetivo era salir de la experiencia permitida por la sociedad recta y poder amar y confiar unos con otros.
La batalla en Stonewall Inn convirtió esta ‘pequeña’ rebelión en un gran movimiento nacional que se expandió por todo el mundo. Hasta día de hoy, continúan las manifestaciones del Orgullo Gay el 28 de junio. Una cita reivindicativa para liberar a la sociedad del sistema de rol de género y dar voz a esta lucha incansable.