Tras 30 años luchando contra Rusia en los tribunales de medio mundo por la propiedad de la marca, este oligarca desterrado ha decidido tirar la toalla y cambiar el nombre del mítico vodka soviético Stolichnaya por miedo al boikot occidental a los productos rusos. Yuri Shefler, propietario de la marca, ha anunciado que la popular bebida pasará a comercializarse como: Stoli.
Desde hace años Stolichnaya se produce fuera de Rusia y ahora, a raíz de la invasión de Ucrania también perderá su nombre. El multimillonario ruso Yuri Shefler lleva décadas enfrentado al régimen de Vladimir Putin y ahora teme que su negocio se asocie con un estado al que se está bloqueando a nivel mundial.
«He experimentado personalmente la persecución por parte del régimen de Putin y comparto el dolor de Ucrania y su gente», declaró Shefler nada más entraron los tanques rusos en territorio ucraniano. Un intento para desmarcarse de la lastrada economía rusa, que sin embargo, no parecen haber tenido el efecto deseado.
En 150 países los consumidores miran con recelo la etiqueta del vodka que comenzó a destilarse en 1938. Todo lo ruso es susceptible de bloqueo internacional desde el comienzo del conflicto y parece complicado no asociar Stolichnaya al país cuando su etiqueta tiene como símbolo el Hotel Moskva de la Plaza Roja de Moscú. De hecho, su propio nombre significa «capitalino» o «de la capital», moscovita de toda la vida.
«Desrusificando» el Stolichnaya
Sin embargo, a pesar de ser una mítica bebida rusa este vodka se produce ahora en Letonia íntegramente. La compañía de Shefler, con sede en Luxemburgo, recalcó esta semana que toda la materia prima proviene de Eslovaquia. Además, en las fábricas se han asegurado de que «ninguno de sus ingredientes provenga de Rusia». Yuri Shefler está tratando de desligarse completamente de Rusia en toda la producción de su vodka.
Mientras, en Rusia y otros países se ha ido produciendo un vodka de menor calidad bajo el mismo nombre. Esta «copia» es destilada por una empresa estatal rusa y ha sido la causante de que el oligarca desterrado llegara a los tribunales contra el Kremlim. La multinacional de Shefler se quedó con la patente del vodka a finales de los años 90 pero eso no ha parado al Estado ruso.
La batalla en los tribunales continua y trata de dirimir quién tiene el derecho legítimo de distribución del Stolichnaya. El litigio de Shefler contra el Kremlin, ha llegado al Tribunal de la Haya. El empresario sostiene que tuvo que reflotar una compañía que se había hundido tras la disolución de la URSS y que por tanto es el legítimo heredero de la marca. Por su parte, el aparato de Putin alega que Shefler hizo trampas en la privatización de la empresa matriz para adueñarse de uno de los iconos soviéticos.
Se resuelva como se resuelva el pulso legal, Yuri Shefler ha cortado por lo sano. El vodka «original» Stolichnaya pasará a distribuirse en los 150 países como Stoli, abreviatura de su antiguo nombre. Sin embargo, todo apunta a que su etiqueta se mantendrá intacta, la última muestra de que un día este vodka fue un icono ruso.