Hace tiempo que los chefs –y por tanto sus restaurantes– traspasaron el ámbito de lo puramente gastronómico para llegar mucho más allá, para convertirse en auténticas rockstars, en los artistas de moda a los que todo el mundo alaba y admira. Por eso, los restaurantes famosos surgen a menudo en todo tipo de conversaciones –desde la que tienes con tu jefe a la que mantienes con tu madre– y visitarlos se ha convertido para muchos en el eje fundamental que vertebra sus escapadas y sus vacaciones. Es decir, ahora se va a un destino concreto con la única o principal motivación de visitar uno de estos templos de la gastronomía.
Hay muchos y muy famosos restaurantes en todas las Comunidades Autónomas, pero siempre hay alguno que destaca sobre el resto, que más minutos acapara en televisión y que cada nueva noticia sobre él se convierte en trendic topic en el acto.
Del DiverXo de Dabiz Muñoz en Madrid a El Celler de Can Roca de los hermanos Roca en Girona, pasando por muchos otros celebérrimos establecimientos –Aponiente, Quique Dacosta, Atrio…– recorremos España entera, de punta a punta, en busca de los restaurantes más famosos de todos. Ésos en los que –por supuesto– se come de maravilla, pero en los que la experiencia allí vivida se convierte en batallita perfecta para fardar en la oficina o en un material impagable para alimentar el Instagram. ¿Cuál es el próximo que vas a visitar?
Aponiente – Andalucía
Poseedor de tres estrellas Michelin y del reconocimiento mundial, Ángel León sigue manteniendo, como si se tratase de un fuego incandescente, la misma idea de sus inicios. El ‘Chef del Mar’ ofrece, una vez más, un menú brillante y repleto de sorpresas que transforman la experiencia que se vive en el Molino de las Mareas en un espectáculo para el recuerdo. Andalucía cuenta con uno de los mejores restaurantes del mundo, al que todavía le queda un largo camino por recorrer, para fortuna de todos los amantes de la gastronomía. (Texto: Marcos García Parajón).
Callizo – Aragón
El Callizo es un referente en tierras pirenaicas. Josetxo Souto y Ramón Aso capitanean la cocina, mientras Felipe Arias se mantiene al frente de la sala. Ha pasado de ser un restaurante de cocina clásica y tradicional a ofertar una alternativa vanguardista que sorprende en la zona. La visita a la bodega, con más de 400 referencias, es obligada, así como a la cocina, donde se puede ver de primera mano la elaboración de los platos y tomar un delicado aperitivo. La cocina de Callizo, como ellos mismos definen, es tecno-emocional, de montaña, actual, evolutiva y reflexiva; donde la técnica se pone al servicio del producto autóctono.
Casa Marcial – Principado de Asturias
Situado entre el río Sella, el mar y las montañas –en las laderas de la sierra del Sueve–, esta casa es una de las referencias gastronómicas de Asturias poseedora de dos estrellas Michelin. Nacho Manzano avanza, año tras año, en una cocina muy sólida, basada en su enorme técnica, que enlaza perfectamente pasado y futuro, entre la cocina de las abuelas y una impecable modernidad. Platos imaginativos, de aparente sencillez, aunque esconden muchas horas de trabajo en su elaboración y, por encima de todo, con mucho sabor. La mejor apuesta es el menú degustación largo, de temporada, con platos muy actuales. Pero para quienes busquen una cocina más tradicional, hay otro en el que no faltan los clásicos de esta casa: las croquetas, los ‘tortos’, la fabada, el pitu de caleya o el arroz con leche. (Texto: Carlos Maribona).
Cenador de Amós – Cantabria
En el año 2019, Jesús Sánchez y su mujer Marian Martínez consiguieron el máximo reconocimiento de la Guía Michelin, un premio a la excelencia y al magnífico trabajo creativo realizado desde 1993. Jesús Sánchez es uno de los cocineros cántabros que mejor interpreta y fusiona la tradición con la cocina de vanguardia. Esta temporada ofrece dos menús: una mirada hacia dentro con el menú ‘Evoca’, y el menú ‘Percibe’, ideal para conocer al completo el sentido de su proyecto gastronómico. En su bodega, con más 200 años de historia, se guardan más de 500 referencias de diferentes países. (Texto: Javier Hernández de Sande).
Lera – Castilla y León
La pasión por el medio rural y sus posibilidades, y la excelencia del producto, son la base de este maravilloso templo de la caza que últimamente recoge tantos éxitos como trabajo ha sembrado durante décadas la familia Lera. Punto de encuentro de políticos de todos los colores, el boca a boca y su cocina rotunda, han sido la mejor publicidad para una casa de comidas que lo tiene todo: oficio, producto de cercanía de la Tierra de Campos, sabor y trato familiar. Talento y tesón entregados a la reinvención de la caza y del producto de la tierra, con un equilibrio que da como resultado platos tan gloriosos como su pichón estofado, las legumbres con liebre, las colmenillas rellenas de paté de becada, o los escabeches, por citar una pequeñísima parte de su magia culinaria. El menú de caza, casi todo el año, es un imprescindible para sus fieles. Y si quieren redondear la visita, alójense en una de las nueve habitaciones de su Senda de los Frailes (posada y bodega). Excepcional Lera, que este año ha conseguido su primera estrella Michelin. (Texto: Susana Martín).
El Bohío – Castilla-La Mancha
En los últimos tiempos se llevaron a cabo grandes cambios: se modificó la fachada, se remozó el comedor situado en la planta baja, la cocina se transformó en un espacio amplio y elegante con ventanas para observar el trabajo de los que ahí faenan y se suprimió una escalera para poner una pared. Un lavado de cara en toda regla para dar mayor belleza y esplendor incluso a la propia cocina. Porque El Bohíosigue siendo un lugar imprescindible al que hay que acudir, no sólo para hacerse la foto o solicitar la firma autógrafa del celebrity Pepe Rodríguez, sino para degustar las magistrales elaboraciones del equipo de cocina que capitanea Pedro Alberca, quien “con lo mejor del mercado, las propuestas, las ideas y la manera de entender la cocina del chef” propone tres diferentes menús con los que deleitará al comensal mediante un compendio de propuestas muy atractivas tratadas con técnicas muy depuradas. El tráfico en la sala y –la no menos importante– gestión de la completísima bodega son tareas de las que se ocupa el eficaz sumiller José Carlos de la Fuente. (Texto: Juan Antonio Díaz).
El Celler de Can Roca – Cataluña
Uno de los mejores restaurantes del mundo, si no el mejor. Lo es por muchos motivos, como el encaje perfecto entre las personalidades de los tres hermanos Roca (Jordi, Joan y Josep), su simbiosis con el entorno y por la huella de la madre, Montserrat Fontané, en cuyo restaurante se criaron los Roca aprendiendo los secretos de la cocina tradicional catalana. Como la madre de Almodóvar, que aún con el Oscar en la mano por Mujeres al borde de un ataque de nervios soñaba con que su hijo se colocase en Telefónica, Fontané asegura que a veces “no entiende” los platos de sus hijos, aunque, sin duda, su cocina tiene mucho más que ver de lo que parece con todo lo aprendido junto a ella. Aquí el respeto férreo a la tradición convive con una libertad absoluta a la hora de crear e interpretar, que ha valido a El Celler tres estrellas Michelin y numerosos reconocimientos, entre ellos el de mejor restaurante del mundo durante varios años consecutivos según la revista Restaurant. (Texto: Laura Conde).
Quique Dacosta – Comunitad Valenciana
Adentrémonos en el templo del único cocinero que ha logrado el altar triestrellado en la Comunidad Valenciana, además de gozar de fama nacional, en especial ahora que está al frente de la despampanante oferta gastronómica del Mandarin Oriental Ritz, en Madrid. No ha dejado de ‘cocinar belleza’ en su restaurante de Denia. Comer en Quique Dacosta es bailar sobre una armonía de estética, técnica, innovación y territorio, sin olvidar el protagonismo del producto, del que sigue siendo cómplice absoluto. Una danza que va más allá del paladar, para estimular el resto de sentidos, y que se cuela despacito en el interior del comensal. En esa sala incontenible, cerrarás los ojos y mirarás hacia dentro. (Texto: Almudena Ortuño).
Atrio – Extremadura
Toño Pérez y José Polo siguen demostrando que son la excelencia personificada, como así lo atestiguan sus dos estrellas Michelin. Aquí nada defrauda, ni sus creaciones repletas de sensibilidad estética y creatividad, su gran servicio, su sala límpida o la carta de vinos verdaderamente impresionante. Para completar el espectáculo, hay adosado al restaurante un precioso hotel Relais&Chateâux, en el que descansar, refrescarse en su piscina, y disfrutar de un original desayuno a la sombra de los árboles. Acaban de abrir el restaurante Torre de Sande, también en Cáceres, y pronto lo hará Casa Paredes, un exclusivo hotel que toma el histórico palacio Paredes-Saavedra. (Texto: Juan Pedro Plaza).
Solla – Galicia
Es el restaurante decano en la historia de la gastronomía gallega, abierto en 1961 por Pepe Solla padre y su mujer, Amelia González, que luce una estrella Michelin –la primera y más antigua de Galicia– desde 1980. Hoy, es Pepe Solla ‘hijo’ quien lo regenta y practica una cocina gallega contemporánea, basada en dos menús degustación: Trasmallo, con 17 bocados en 14 pasos; y Piobardeira, con 23 bocados en 19 pasos. Platos como el ravioli-filloa de centolla y algas, sándwich de lamprea, percebe ‘de mar y de mar allá’ o el pescado del día con su emulsión y tartar vegetal. Bodega con más de 320 referencias, con predominio gallego. Una gran casa que cuenta con un jardín, donde han incorporado oferta de coctelería. (Texto: Marta Fernández Guadaño).
DiverXo – Comunidad de Madrid
La mesa más cotizada de la ciudad, el restaurante que más pasiones levanta, el chef más mediático… Pasan los años y DiverXO sigue en boca de todos, algo que debería despertar la admiración general, especialmente en un año tan complicado –no sólo han sufrido pandemias y Filomenas, también incendios o el cierre de StreetXO Londres– y durante el que Dabiz Muñoz ha tenido que multiplicarse para garantizar la buena salud de la marca XO. Para conseguirlo, nada mejor que reforzar el equipo, cada vez más sólido en todos los frentes, aunque las figuras de Marta Campillo y Miguel Ángel Millán brillan con luz propia: la primera ha instalado en la sala un servicio más fluido y amable, mientras que el segundo ha elevado la experiencia líquida hasta mirar casi de tú a tú a una propuesta sólida que, aunque menos rompedora, ha ganado en regularidad y protagonismo de la materia prima. Y una recomendación para todos aquellos que, insensatos, duden sobre la grandeza de este sitio: acudan con alguien novato y disfruten de la ilusión en su cara, no hay placer mayor que compartir momentos así alrededor de una mesa. (Texto: Alberto Fernández Bombín & Rodrigo Varona)
Cabaña Buenavista – Región de Murcia
Lo que Cabaña Buenavista está haciendo a sus clientes es mucho más que darles de comer. Pablo González, cocinero y copro–pietario del restaurante, se supera cada temporada en lo que a experiencia gastronómica se refiere, sorprendiendo en cada pase al comensal, hit tras hit. Los platos de cualquiera de los menús degustación son equilibrados y potentes en su conjunto, y el uso de ingredientes es todo un festín culinario. Un paseo por las distintas estaciones situadas en el jardín, con parada en el huerto ecológico y ‘ronqueo’ de atún incluido son algunas de sus propuestas más innovadoras. (Texto: Sergio Gallego).
El Molino de Urdániz – Navarra
Dos estrellas Michelin avalan a este bonito restaurante, propiedad de la familia Yárnoz, en la antigua casa del molino de la localidad de Urdániz. David tomó el relevo de su madre en los fogones, pero antes se formó en la Escuela de Hostelería de Luis Irizar y en Bodegón Alejandro, Akelarre, Alameda y Rodero. Esta formación le ha servido para elaborar platos tanto de una cocina tradicional como de una creativa, de autor y de mercado. Sus propuestas pueden degustarse en dos menús, uno informal y otro gastronómico. En este último el propio Yárnoz augura “un recorrido por los platos más representativos de otras temporadas, pero dándole la máxima importancia a las últimas incorporaciones marcadas por la estacionalidad y la magia del momento”. Una gran culinaria y un servicio a su mismo nivel. (Texto: Mikel Zeberio).
Arzak – País Vasco
En una casona de cuatro plantas del 1897, en el Alto de Miracruz de Donostia, es donde Juan Mari Arzak experimenta con sabores, texturas y procesos de elaboración que luego son plasmados en una carta. Platos en constante evolución y elaboraciones procedentes de esa cocina de investigación y de ese ‘banco de sabores’ con el que cuenta el restaurante (contiene más de 1.000 productos e ingredientes con los que investigar y seguir creando). Y todo, gracias a su equipo: su hija Elena, Pello Aramburu (su jefe de cocina que falleció en junio de 2020) y los responsables de la cocina de investigación, Xabier Gutiérrez e Igor Zalakain. Arzak da luz al paladar más ciego, haciéndole pensar con consciencia del goce. Ha elevado el estatus social de la verdura y la casquería, siempre usando ese barniz paternal que imprime a todo lo que hace sin prejuicios esnobs. (Texto: Mikel Zeberio).
El Portal del Echaurren – La Rioja
El Portal del Echaurren es el restaurante donde Francis Paniego despliega una culinaria vanguardista por la que ostenta dos estrellas Michelin. De sus manos salen creaciones como el polvo helado de hierba fresca con queso de Munilla, el pimiento choricero y piel de pollo, el chawanmusi (flan salado) de gilda y, también, todo el mundo de la casquería. Todos estos platos se asientan en su personalidad, carácter y creatividad, así como en la experiencia adquirida a su paso por restaurantes como Cabo Mayor, Currito, Akelarre, Arzak, Zalacaín, elBulli y Les Pyrénées (Francia). Y en este bagaje no podemos olvidar la influencia de la coquinaria transmitida por su madre, Marisa Sánchez quien, hasta su fallecimiento en el 2018, dirigía los fogones de otro restaurante familiar, también en Ezcaray, el Echaurren, oficiando una cocina tradicional riojana a partir de una materia prima diez, sin sombras de otras culturas y engrandecida por el contacto con los productores. Platos de ambas cocinas (madre e hijo) se codeaban en la carta hasta 2001, cuando se diferenciaron. En cuanto a los salones y el capítulo enológico, su gestión recae sobre José Félix, hermano de Francis. (Texto: Mikel Zeberio).
Maca de Castro – Islas Baleares
Se ha ganado a pulso en los últimos años su sitio entre los restaurantes de visita obligada en Baleares. La chef Maca de Castro apuesta por una línea de trabajo de enorme sutileza en el tratamiento de las materias primas mallorquinas y una técnica muy académica que huye de efectismos. Sencillez, belleza y esencia. Macarena recupera productos agrícolas poco trabajados, especies de peces mediterráneos casi desconocidos y piezas cárnicas de proximidad. Los productos de la carta van cambiando cada temporada. No duden en complementar su visita con la cocina más informal de Maca en el adictivo Jardín Bistró. (Texto: Matoses).
El Rincón de Juan Carlos – Islas Canarias
Los hermanos Padrón, que recibieron en 2016 su primera y merecida estrella Michelin, acaban de cambiar de local, trasladándose al espectacular hotel Royal Hideaway Corales, obra del arquitecto canario Leonardo Omar. Lo que no cambia es su cocina, al contrario, mejora con el paso de los años. Pasión por el producto es lo que despiertan sus platos, amén de creatividad, detalle y sabor. Sin duda, lo mejor es dejarse llevar y descubrir la cocina de estos hermanos a través de su menú degustación. En sala, siempre perfectas María José y Raquel. Tiene su versión melliza en Las Palmas de Gran Canaria, en el restaurante Poemas by Hermanos Padrón. (Texto: Ana Medina).