El sector vitivinícola en el norte de España vivió ayer un terremoto anunciado. El Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) publicó la resolución del Gobierno vasco que concede una “autorización nacional transitoria” para la denominación ‘Viñedos de Álava/Arabako Mahastiak’, a la espera de la decisión final de la Comisión Europea.
Es decir; una vez se cree el consejo regulador de la nueva D.O. Viñedos de Álava y se aprueben sus estatutos, las bodegas que decidan adherirse podrán comercializar sus vinos bajo este distintivo a partir de la cosecha de 2023 (y solo en España).
La respuesta de la D.O.Ca. Rioja
La Asociación de Bodegas de la Rioja Alavesa (ABRA), impulsora del proyecto, defiende que se trata de un “nuevo ámbito de diferenciación”; pero acogerse a la D.O. Viñedos de Álava implicaría la salida de la D.O.Ca. Rioja, que modificó su pliego de condiciones y estatutos para garantizar la exclusividad de producción de los viñedos inscritos en la Denominación.
Fernando Ezquerro, presidente del Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja, ha reiterado el “rechazo frontal” a la creación de la nueva D.O. Viñedos de Álava. “Ante cualquier acción que menoscabe o represente una amenaza para cualquiera de los aspectos por los que vela el Consejo Regulador de Rioja o para los miembros a los que representa legítimamente, éste la combatirá haciendo uso de todas las armas legales y administrativas disponibles”, sostienen.
El proyecto de creación de esta polémica denominación ya ha recibido un “extenso dossier de alegaciones, un recurso de alzada y un recurso contencioso administrativo” interpuestos por el Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja, que ha anunciado su intención de “agotar todas las vías contra lo que considera un aprovechamiento ilícito del fondo de comercio de la Denominación de Origen Calificada Rioja”.
Además, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, también aclaró hace meses su posición respecto a la D.O. Viñedos de Álava: “Rioja es una marca muy consolidada, una de las más potentes del sector agroalimentario español, y todo aquello que pueda incrementar su presencia y potencia es positivo, y todo aquello que no la pueda incrementar, no me parece tan positivo. Creo que mi punto de vista es bien claro al respecto”, sentenció.
Bruselas tiene la última palabra en esta batalla vinícola, y pronto conoceremos su veredicto.
