A simple vista y a primer golpe de entendederas marinar parece fácil: empapar mucho la carne del adobo que sea y a la sartén, horno, parrilla o cazuela. Pero dar con un buen maridado requiere de un noble arte al marinar que, si tienes en cuenta esto tan interesante que te contamos, tú también puedes dominar y ser la voz cantante de tus reuniones de amigos.
Que probemos unas costillas asadas en un grill de renombre y salgamos con ganas de más no es casualidad. Tener buena materia prima es fundamental, por eso tenemos que rodearnos de buenas carnes y buenos aves, pero si tenemos maña con los ingredientes para el adobo, el resultado suele puede apuntar al éxito.
¿Cómo podemos marinar bien la carne?
Antes de ponernos con las pócimas, tendremos que rodearnos de las mejores carnes para este oficio: entrecot, solomillo y chuletón. Por supuesto que podemos marinar carnes blancas, pero por su constitución y rudeza, las rojos son las más apropiadas para filtrar el adobo que hagamos.
Una carne roja necesitará de, al menos, seis horas de reposo para coger bien el aliño del marinado que hayamos preparado. Salvo que queramos una piel dorada y tostada que cruja con cada mordisco, ahí tendremos que recurrir a las 12-24 horas de adobo.
Cuántas veces nos habrá pasado que hemos dedicado medio día a marinar las carnes, las hemos dejado reposar y cuando hemos ido a cocinarlas ya no quedaba nada de ese aliño que pudo haber sido pero no fue. Puede que nos olvidáramos de añadir un toque de agua salada al adobo para fijar el sabor al cocinar las carnes después. Si no lo hacemos, la propia humedad de la carne se llevará por delante el aliño.
¿Y cómo marinamos?
Casi, casi, con todo ingrediente que tengamos a mano, pero te contamos los mejores condimentos para la mezcla cruda. Sal, agua (o agua salada), huevo crudo, vino blanco o tinto, perejil, ajo, aceite con hierbas, pimienta, romero, tomillo, albahaca, cerveza, miel, soja, kétchup, Coca-Cola, mostaza, gelatina o frutos del bosque.