Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
La macrotendencia alimenticia de los Estados Unidos vinculada al sobreconsumo de comida fast food parece estar desvirtuándose debido a la inflación y a la consecuente subida de precios. Todo ello se ha visto reflejado en un estudio que muestra que casi el 80% de los estadounidenses la conciben ahora como un nuevo lujo contemporáneo.
La encuesta, llevada a cabo por Lending Tree, presentó una serie de resultados que vislumbran ese cambio de consumo en los estadounidenses. La mitad de ellos mantienen esa percepción por la crisis y el hecho de estar luchando financieramente; especialmente aquellos que ganan menos de 30.000 dólares al año, los padres con niños pequeños (58%), Gen Zers (58%) y las mujeres (53%).
Cuando se les preguntó por su opción para una comida fácil, el 56% dijo que optaba por preparar la comida en casa. Y, a pesar de que el 78% de los entrevistados mostrase cierta preocupación por la subida de precios en los restaurantes fast food, el 72% admitió que estaría dispuesto a comer en ellos si hubiera descuentos.
Sin embargo, los estadounidenses siguen considerando la comida rápida como una de sus grandes opciones, que 3 de cada 4 consume una vez por semana, a pesar de sus elevados precios. Sobre todo, de algunas de las cadenas más caras en la actualidad como Chick-fil-A (25%); Starbucks (22%), Chipotle (21%) y Mc Donald’s (16%).