El ministro de Agricultura y Alimentación de Ucrania, Mykola Solskyi, ha pedido este martes a la Comisión Europea que no extienda el veto a sus importaciones de grano concedido a Polonia, Hungría, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia más allá del 5 de junio porque considera que «no es el modo» de resolver la situación.
Así lo ha indicado tras participar en la reunión de ministros de Agricultura de la Unión Europea que se celebra este martes en Bruselas, en referencia a la medida preventiva activada para ayudar a los cinco Estados miembro colindantes con Ucrania para hacer frente al bloqueo derivado del incremento de importaciones de Kiev.
«Este no es el camino», ha asegurado el ministro ucraniano, quien ha mostrado su rechazo a la medida de Bruselas, porque tras el anuncio del veto el pasado 2 de mayo Ucrania ha tenido obstáculos por parte de Rusia para utilizar el corredor del Mar Negro que les impidieron cargar grano en los puertos durante diez días.
Solskyi ha advertido de que Rusia «está tratando de aprovechar esta situación», por lo que ha pedido no darle esa posibilidad, antes de apuntar que le es «difícil entender» por qué este veto temporal afecta a semillas como la colza, que carecía de restricciones antes de la guerra. «No entiendo cuál es la idea de restringirla durante la guerra», ha apostillado.
Por ello, ha insistido en que el principal objetivo de su ministerio es «tratar de hacer todo lo posible» para que este veto no se extienda más allá del 5 de junio, cuando expiran las actuales medidas adoptadas por Bruselas, que se ha mostrado dispuesta a prolongarlas si continúan las perturbaciones económicas después de que se hayan extendido un año más -hasta junio de 2024– las exenciones arancelarias a los productos agrícolas procedentes de Ucrania.
El ministro ucraniano ha pedido esperar a los avances que se puedan dar en las próximas semanas y aunque ha asegurado que prefiere evitar «más situaciones difíciles» no ha descartado la posibilidad de recurrir a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
APOYO DE LOS MINISTROS DE LA UE
En la misma línea que Solskyi, los ministros de Agricultura de 13 países de la UE, entre ellos España, expresaron el pasado 12 de mayo en un carta dirigida a la Comisión Europea, «serias preocupaciones» por el veto sobre las importaciones de maíz, trigo, colza y girasol de Ucrania porque consideran que «conduce a un trato diferenciado dentro del Mercado Interior».
Así lo ha reiterado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, a su llegada a la reunión con sus pares en Bruselas, donde ha reclamado que esta medida temporal no se prolongue más allá del 5 de junio si no está «adecuadamente justificada».
«Esta no es la forma correcta de actuar», ha aseverado también el ministro de Agricultura y Política Forestal de Finlandia, Antti Kurvinen, que también firmó la carta remitida a la Comisión, a la que ha invitado a encontrar soluciones «creativas» que no socaven la unidad de la UE.
También en tono similar se ha expresado su homólogo alemán, Cem Ozdemir, otro de los firmantes de la misiva, que ha pedido a Bruselas «tomar la iniciativa» en la coordinación de las vías de solidaridad para exportar productos agrícolas desde Ucrania.
Por último, se ha sumado a esta llamada el ministro de Agricultura y Soberanía Alimentaria de Francia, Marc Fesnau, –el también firmante de la carta a Bruselas– que ha exigido «unidad y solidaridad» con Ucrania y ha destacado la necesidad de soluciones colectivas frente a las individuales.
De igual modo, una de las principales conclusiones de los ministros de Agricultura de la UE tras su reunión del pasado 25 de abril fue la petición de «reaccionar ante las dificultades como Unión» con una solución que «no comprometa la solidaridad con el país vecino», como señaló entonces el ministro de Agricultura de Suecia, que ostenta la presidencia de turno del Consejo, Peter Kullgren.