Las grandes empresas de distribución tienen de media un margen neto sobre ventas del 2,5%, según datos de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), que engloba a empresas como El Corte Inglés, Carrefour o Alcampo, entre otras.
En concreto, de cada 100 euros facturados, el beneficio final es de 2,5 euros.
Con este margen «estrecho», según Anged, las empresas de ditribución basan su negocio en ganar cuota de mercado y volumen de ventas frente a sus competidores.
Para ello, las principales herramientas pasan, por un lado, en invertir en descuentos, promociones o marcas propias de la distribución; y por otro lado, por ganar eficiencia gracias a una fuerte inversión en tecnología, mejoras de todos los procesos e innovación permanente en la gestión.
Así, el último Observatorio de Márgenes del Banco de España ha señalado que «los márgenes sobre ventas en el comercio de alimentos encadenan dos trimestres de descensos, sin haber podido revertir las contracciones experimentadas durante la crisis energética».
Por otro lado, respecto a los principales clientes del sector primario, la patronal de la gran distribución ha indicado que, de media, en torno al 50% de la producción agrícola se destina directamente a la exportación y, que, en segundo lugar, como principal receptor, aparece la industria alimentaria.
Asimismo, en tercer y último lugar, se han situado los canales de distribución de alimentos frescos, entre los que se incluye la distribución organizada, mercas y mayoristas, comercio tradicional y horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías).
Anged ha resaltado que es «importante situar bien el papel que puede jugar la distribución comercial, como uno de los principales clientes del sector primario, pero no el único ni más destacado en el caso de muchas producciones».
Tal y como ha indicado la asociación, sus empresas asociadas, debido a su dimensión, compran sobre todo a cooperativas y grandes productores que representan la parte más organizada del sector.
Por otro lado, según Anged, la evolución de los precios de origen (lo que perciben los productores) y destino (el precio de venta en las tiendas) ayuda a analizar tendencias de los mercados, que pueden atender a distintas circunstancias: una crisis de costes, una sequía, una mala o buena cosecha, un repunte o caída de la demanda, un shock en los mercados internacionales, un esfuerzo promocional, entre otros.
«En ningún caso esa diferencia muestra el margen del último eslabón de la cadena», señala la patronal de la gran distribución, que explica que los productos en los lineales valen más porque hay una agregación de servicios y valor para el consumidor: clasificación; transporte; almacenamiento; gestión de stock en tiendas; prevención del despercicio; cadena de frío; control seguridad alimentaria; envase y presentación o información al consumidor.
AGRAVANTES CRISIS DE COSTES
Según Anged, la crisis de costes del sector se ha visto agravada por varios factores, entre los que destacan tres principalmente: aumento de la presión fiscal, nuevas inversiones en materia ambiental y nuevos costes de gestión.
En concreto, el incremento de la presión fiscal se ve reflejado en un nuevo impuesto al plástico, así como en la subida de impuestos de los gases para la refrigeración de alimentos, el aumento de las cotizaciones sociales, los recargos en el IVA de bebidas azucaradas y el impuesto de grandes establecimientos comerciales en cinco comunidades autónomas.
A esto se suman las inversiones en cuanto al medio ambiente, materializadas por ejemplo en las obligaciones de reutilización de envases y servicio de retorno, la reserva del 20% de la tienda para la venta a granel o los objetivos de prevención de envases más exigentes que la Directiva Europea.
Por último, estarían los nuevos costes de gestión, declara la asociación. Entre ellos se encuentran la inscripción y el registro de envases, los etiquetados desarmonizados con la UE o la aplicación de las lenguas cooficiales.